_{Modelo: @skinnygirl, Fotografía: @jhellenmjgr.}

A tod@s los Steemians, le envío un saludo muy profundo y especial. Hoy les quiero comentar sobre mis mayores miedos.

Cuando tenía 8 años, viví una experiencia que marcó mi vida. Había ido con mi mamá y mi hermana a hacer las compras de los útiles escolares. Desde la ventana del bus, me fijé que había llegado mi papá a la casa, me bajé rápidamente, emocionada para mostrarle mis útiles nuevos. Crucé la calle por la parte de atrás del bus, sin fijarme que venía un carro cerca.

El carro venía a baja velocidad, sin embargo, me golpeó en la pierna, lanzándome hasta la acera. Mi mamá y los vecinos salieron a auxiliarme rápidamente. Yo estaba tranquila, como en shock.

Todos decían que tenían que llevarme al ambulatorio para descartar que tuviera fractura. Allí empecé a patalear y gritar, porque no quería que me llevaran. El chofer, muy apenado, nos llevó hasta allá.

Al llegar al ambulatorio, los médicos empezaron a revisarme. Me pidieron que caminara, y yo lo hice. Luego me pidieron que saltara, y yo lo hice sin dificultad. Recuerdo exactamente las palabras de uno de los médicos:

Ésta niña lo que quiere es llamar la atención. Nos está haciendo perder el tiempo.

Salí de allí confundida, adolorida por el golpe y sobre todo molesta, porque ese médico se había burlado de mí.

Años después, cuando empecé a estudiar 1er año de Media General, me tocó aprender a trasladarme, sola, hasta el colegio en transporte público.

En una ocasión, me pasé la parada. Cuando me di cuenta, pedí la parada, me bajé del bus, que aún no se terminaba de estacionar, y caí sobre una alcantarilla desnivelada. Por poco me pisan los cauchos traseros por haberme lanzado.

_{Fotografía de mi autoría. Tomada con un Alcatel 1.}

Poco después vi por la televisión cómo una chica había caído dentro de una alcantarilla porque estaba falsa. Desde ese momento, prefiero bordear todo o saltarlo, pero no piso ninguna alcantarilla, aunque la vea bien.

Meses después, fallece mi tía. Junto a mi primo, que si sabía movilizarse en trasporte público y conocía la dirección, desde el colegio nos fuimos hasta su casa. Él se sentó en un puesto de adelante y yo en uno de atrás, pero no le quitaba la vista de encima, pendiente para cuando tuviéramos que bajarnos.

Justo, una cuadra antes de bajarnos, volteé hacia la ventana, por algo me llamó la atención. Cuando regresé a verlo, resultó que mi primo ya no estaba. Mi corazón empezó a latir descontroladamente. Empecé a buscarlo desesperadamente.

Por la ventana me fijé que mi primo venía corriendo detrás del bus, pidiendo que se parara, porque yo aún seguía allí. Cuando bajé y estuve con él, sentí que el alma me volvió al cuerpo.

A partir de ese momento, cada vez que se acercaba el instante de pedir la parada, mi corazón se agitaba muchísimo. Tanto, que mi mamá tuvo que ponerme en control con un Cardiólogo, porque pensó que sufría del corazón.

Actualmente, cada vez que voy a cruzar una calle, sobre todo una avenida muy transitada, mi vista y mi mente forman toda una trama, como una película.

En fracciones de segundos visualizo que soy atropellada, además quién de las personas que están alrededor me conoce, para que le pueda avisar a mi familia; que llevo encima, de valor, que pueda perder (como la computadora o el teléfono) y si tengo alguna identificación.

_{Fotografía de mi autoría. Tomada con un Alcatel 1.}

Me paro en seco, reacciono, y espero que pase hasta el último carro o que venga bien lejos, para yo cruzar la calle muy rápido.

He ido superando esos miedos, sin embargo, soy muy cuidadosa y precavida. Aprendí a controlar mis emociones, pero a veces, como todo ser humano, tiendo a decaer.

Quiero agradecer a @luimer79 por esta maravillosa invitación al "Mi Steemundo" Concurso #15: Mis miedos., organizado por @steemundo, en la comunidad Mi Steemundo, e invitar a @beidymag, @venturabogarin y @karianaporras, a que se unan a esta iniciativa.

Hasta una próxima nota.

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