CONCURSO SEMANAL: Experiencias paranormales. Un Bebé Divino
Hola, saludos fraternos desde Venezuela, encantada como siempre de participar en las novedosas ideas creadas por el excelente equipo de #writingreviews, liderado por las amigas @belenguerra y @fendit. Gracias por propiciar este espacio para compartir nuestras experiencias paranormales a través de este interesante concurso
Un Bebé Divino
Una noche mientras dormía en la habitación de mi madre, no recuerdo la razón por la cual estaba durmiendo con ella, lo cierto es que a eso de las tres de la mañana me despertaron unas fuertes ganas de orinar, estuve un buen rato tratando de dormirme evitando levantarme para no despertarla, ella tiene un sueño muy liviano.
Fue inútil, mi necesidad fisiológica pudo más y me obligó a pararme; lo hice con sumo cuidado, abrí la puerta sin hacer ruido, la dejé entreabierta y luego entré al baño, cerré su puerta antes de encender la luz, todo esto para impedir que mi mamá despertara. Después de descargar mi vejiga, me quedé unos segundos sentada en la poceta porque siempre me conecto conmigo misma en este espacio privado que me produce un efecto de intimidad; claro también porque estaba desvelada.
Antes de abrir la puerta del sanitario nuevamente, apagué el bombillo, di un paso y entonces fui testigo de algo sorprendente, una brillante luz provenía del cuarto de mi hermano Juan, un circulo dorado incandescente lo rodeaba, al lado de su cama estaba parado lo que parecía ser un tierno bebé, gordito, sin cabellos y una especié de pañal rodeaba su pelvis, tenía su codo sobre el colchón y su hermosa cara apoyada en su mano, contemplaba plácidamente su sueño como velando su descanso.
De pronto, el niño giró su rostro al notar mi presencia y me sonrió, mi reacción fue esconderme, sentí miedo, mi corazón latía con fuerza por la poderosa emoción; salí de mi escondite casi de inmediato, impulsada por una sublime sensación de bienestar que inundó todo mi ser, pero aquel hermoso visitante había desaparecido, dejando la habitación de mi hermano en completa oscuridad.
En cuanto a mí, quede desconsolada por haber perdido la maravillosa oportunidad de tener un encuentro más cercano con él o al menos haber podido prolongar su divina presencia.
Al día siguiente, le conté a mi hermano Juan y ambos fuimos a hablar con nuestro amigo y también vecino Juancho, pues él tenía conocimientos sobre esos temas; buscó un libro, en seguida de leer algunas páginas, nos dijo que se trataba de un Querubín, nos explicó que ellos son parte del Segundo Coro de los Nueve Coros Angélicos, son los guardianes de la luz y de las estrellas, de la Gloria de Dios según la religión católica.
Tiempo más tarde, tendría otro encuentro similar, pero jamás tan asombroso como la de aquel divino bebé. Agradecida infinitamente con Dios por aquel celestial regalo
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