Apreciados lectores de Steemit con esta publicación entro al Concurso: Tu escritor preferido, organizado por los amigos @belenguerra, @writingnreviews y @fendit) dentro de la comunidad Writing & Reviews.
Espero que les resulte de su agrado.

Estas son las reglas del concurso

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Supongo que a los otros compañeros que participan en este magnífico certamen le ha ocurrido lo mismo que ahora me ocurre porque no es nada sencillo elegir un autor entre tantos escritores que nos han marcado con sus obras literarias y han pasado a ser esencia de nuestra naturaleza. Sin embargo, como debemos apegarnos a las reglas del Concurso, finalmente me decanto por el gran poeta universal César Vallejo.

_{César Vallejo y su amada esposa Georgette de Vallejo, en París}

César Abraham Vallejo Mendoza nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco, ciudad perteneciente al departamento La Libertad, Perú; y falleció el 15 de abril de 1938 en París, Francia.

Mi primer encuentro con este poeta fue en el año 1973 cuando cursaba el cuarto año de Humanidades en la Escuela Normal "Pedro Arnal" de Cumaná. En un receso entre clases me senté a estudiar alguna materia en el quicio de un pasillo y el viento me trajo desde la inexorable distancia del azar una hoja del suplemento literario del periódico nacional Últimas Noticias, que se quedó enredada en mis pies y cuando la tomé para soltarla de nuevo a la corriente del aire me llamaron la atención unas letras grandes en las que pude leer Las ruedas del hambriento e inmediatamente mis ojos siguieron los signos de ese poema:

_{Por entre mis propios dientes salgo humeando,
dando voces, pujando,
bajándome los pantalones…
Váca mi estómago, váca mi yeyuno,
la miseria me saca por entre mis propios dientes,
cogido con un palito por el puño de la camisa.
(...)}

hasta llegar al final del texto que, a pesar de no entender completamente las imágenes y metáforas que acababa de leer, me causó tal impresión en ese momento que sentí mariposas revoloteando dentro de mí, exactamente como cuando de pronto llega el amor sin preguntas ni respuestas. En seguida leí los otros poemas impresos en ese papel, llegado a mí desde la causalidad magnética del Destino: A mi hermano Miguel, Masa, Los nueve monstruos, Los heraldos negros, España, aparta de mí este cáliz.

Luego las mariposas de mi estómago hicieron su trabajo, me enamoré perdidamente de ese indio peruano (Perdonen la tristeza) y busqué toda la información que pude dentro de las aulas de clases y posteriormente adquirí su obra en las librerías de mi ciudad.

César Vallejo publica Los heraldos negros, su primer libro de poemas, en 1919, donde a pesar de mantener reminiscencias con el modernismo se puede avizorar ya al poeta trasgresor de los cánones literarios establecidos, desobediente, lúcido, sensible, que alcanzaría su máxima expresión lírica en el año 1922 cuando publica el poemario Trilce, universalmente considerado como una obra capital fundadora de la poesía moderna.

_{Cubierta de la primera edición de Trilce, con el retrato del poeta}

Al poco tiempo de salir de la cárcel donde estuvo preso 112 días, acusado injustamente de haber incendiado y saqueado una casa en Santiago de Chuco, César Vallejo viaja a Europa y se residencia en París donde ejercería labores de periodista, traductor, educador, mientras viajaba por algunos países de Europa y vivía-escribía el resto de su monumental obra.

César Vallejo fue un poeta comprometido con la causa de la justicia social y eso se hace más que evidente cuando leemos sus ideas expresadas en textos como Poemas humanos donde compone un cuadro de extraordinaria dolorosa belleza, exponiendo ante nuestra mirada su propio sufrimiento y también el sufrimiento del mundo que nosotros somos.

César Vallejo incursionó también en narrativa con: Escalas melografiadas, Paco Yunque, Fabla salvaje, El tungsteno, entre otros relatos. En su desempeño como dramaturgo encontramos: Entre las dos orillas corre el río, Colacho Hermanos o presidentes de América, La piedra cansada. En el campo del ensayo podemos apreciar sus escritos: Reflexiones al pie del Kremlin, Contra el secreto profesional, El arte y la revolución.

Aunque son muchas más la cosas que me gustaría referir sobre este excelso poeta, por razones de espacio cerraré mi participación en el concurso con el poema Piedra negra sobre una piedra blanca, en el cual profetiza de una manera casi exacta su propia muerte, acaecida el día 15 de abril de 1938, en París, a la edad de 46 años, un viernes santo de melancólica llovizna.

Piedra negra sobre una piedra blanca

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París – y no me corro –
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos…