ROTOS Y DESCOSIDOS|(Encendido al 100%)
En mis muchos saltos de imagen en imagen por Pinterest encontré una frase que me llamo mucho la atención, es una fragmento del Libro Caos de Magali Tajes, ciertamente casi todos hemos pasado por situaciones que nos duelen tanto que sentimos que se nos parte el alma, la forma en que "la abuela de Olguita" lo describe me resulta sumamente interesante.
cada ser humano tiene que preguntarse que daño le han hecho las cosas que ha vivido
Creo que esto es importante, de otra forma no extraeremos las lecciones que nos ayudaran a mejorar ni cambiaremos, y si no cambiamos, las mismas cosas nos seguirán haciendo daño, debemos aprender a soltar. A veces nuestra mente es nuestro peor enemigo, nos hace seguir arrastrando algo que ya no podemos cambiar, seguimos hurgando en la herida y no la dejamos sanar, dejar ir requiere amor propio y amor por los que nos rodean porque directa o indirectamente afectamos su vida.
Por eso siguiendo la idea de la abuela de Olguita, también creo que
la mayoría de las personas están descosidas, y por el sufrimiento que les causa la herida abierta, se confunden y se creen rotas.
Si no dejamos sanar la herida, ese dolor nos seguirá confundiendo, arrastrando, guiando, porque tomaremos decisiones basados en el dolor, es mejor extraer la lección y soltarlo.
Por supuesto también dependerá de lo que nos esta marcando, pero en cierta medida podemos controlarlo (hay niveles), podemos estar arrastrando desde una mala mirada o respuesta (si somos sensibles), un desamor o hasta un trauma
Tu dolor no es definitivo. Quizás sea desgarrador, pero no es definitivo.
Sabias palabras, ciertas y profundas. Claro que en el momento sentimos que morimos, no podemos respirar, literalmente nos falta el aire, perdemos las fuerzas, se nos parte el alma pues, uno cree que se va a morir de tristeza, pero ¡que va! un día cualquiera logramos sonreír, otro día logras concentrarte, después estas cantando, haciendo bromas, y así poco a poco sin darnos cuenta sanamos, puede que no olvidemos, puede que sí, pero lo cierto es que aunque dolió una vez, ya no duele más.
Entonces no estábamos rotos, solo descosidos.
Aprende a coserte, que para aprender nunca es tarde.