CONTEST: Your cutest Christmas memory 🎄 / 🎅CONCURSO: Tu recuerdo Navideño más lindo || A partir de Mónaco

Bienvenidos a mi participación para el concurso Tu recuerdo navideño más lindo. Creo que es mi primera vez en un concurso de este estilo y me emociona compartir con ustedes mis andazas de cuando niño. Bien, ¡vamos allá!

—Yo, cuando todavía era buenmozo, según mi madre—

A partir de Mónaco

Miren, gracias a Dios, he sido un muchacho afortunado. De hablar de mis navidades, podría decir que casi todas han sido de regocijo y felicidad. Ya sea en familia, con amigos o conmigo mismo, siempre he disfrutado de navidades muy gratas. Por supuesto, hay unas que resaltan más que otras y perduran en mi memoria como si fuera ayer, y eso es mucho decir, porque mi memoria es como la de Dory, la de Buscando a Nemo.

¿Saben ese momento cuando somos niños y queremos ser de todo? Astronautas, ingenieros, médicos, gangsters.. jajaja. Yo, pues, quería ser piloto de Fórmula 1. Es que, vamos, mi primer recuerdo de la infancia fue estar viendo una carrera de Fórmula 1 junto a mi papá. Fue la carrera de Mónaco, probablemente la más prestigiosa de todas, en el año 2000. Tenía 4 ó 5 años.

Pese a imaginarme durante mi infancia como futuro piloto en mi cuarto, en la regadera o en la calle, nunca me llegó una oportunidad para hacer realidad este sueño. Lo más cercano fueron unas tres vueltas con un karting ya siendo adolescente. Muy divertido, por cierto.

Sin embargo, siendo niño pude aún fantasear un poco cuando en una navidad— suenen tambores— descubrí debajo del arbolito mi adorado Ferrari F2002. Fue de esos momentos cuando no existe más nada en el mundo, excepto ese preciado regalo que tanto esperabas el niño Jesús te trajera.

El Ferrari F2002 ya un poco viejo y empolvado:

Entonces era yo un 25 de diciembre un poco después de medianoche como un loquillo con mi carrito a control remoto. La emoción desbordaba en mí y comentaba con gran alegría lo que me había traído el niño Dios. Ya estando mi F2002 fuera de su caja, lo puse en la pista. Quiero decir, en la carretera. Y fue ahí cuando por primera vez en mi vida me sentí un auténtico piloto. Concretamente, Rubens Barrichello, mi piloto favorito. De hecho, si ven el casco del piloto en el juguete y lo comparan con el de Barrichello, podrán ver cómo se parecen.

Iniciada la carrera, mis papás eran mis fans y los autos reales que pasaban por donde estaba, mis adversarios en la pista. Tuve algunos choques, pero salí ileso. Creo que fue tanto mi entusiasmo con el F2002 que tuvieron que suspender la carrera porque o sino amanecía yo dando vueltas y vueltas. Aún en estas fechas sigo recordando dichos momentos con mucho cariño, y hasta creo ser igual de apasionado por la velocidad. Me encanta.

¿Damos una vuelta?

Sin duda, mi F2002 estuvo entre los mejores regalos y momentos de Navidad entre muchos Max Steel y cajas de LEGO. Ahora, dejando de lado la parte material, me gustaría agregar que para mí, desde que era incluso un niño, la real felicidad en Navidad no estaba sujeta a objetos. Llegué a discernir con el tiempo, más bien, que se basa en tres aspectos:

• Familia: estas fechas son especiales, pero más especiales son si las celebramos con nuestra familia y seres más allegados. Hay personas que no se dan cuenta de esto, hasta que falta alguien en la mesa.

• Compartir: es posible tener muchas cosas en Navidad, pero ninguna abundancia material se disfruta tanto sino cuando compartimos con nuestros seres queridos. Es la esencia humana lo que nos realza y dignifica.

• Fe: la fe en Dios y en un porvenir mejor nos llena de esperanza. No hay sentimiento más alentador que saber habrá un nuevo comienzo impregnado de la dicha navideña.

Mando un cálido saludo a todos en la comunidad de Writing & Reviews, en especial a @belenguerra @writingnreviews & @fendit, quienes hacen posible este agradable concurso. Me divertí mucho escribiendo esta entrada y espero que ustedes hayan hecho lo propio leyéndola.

¡Felices fiestas tengan todos!