Mi querida Lucila, abuelita, ya hace 9 meses que partiste de este mundo terrenal, sé con certeza que en el lugar donde estás ahora te encuentras tranquila, sin angustias, dolor o pesar. Dios te mandó a buscar porque tú tiempo entre nosotros se había agotado.

Quiero que sepas que nunca te olvidaremos, que te quise mucho a pesar de que muy poco nos veíamos y que tú partida me dolió en el alma pero supe en ese momento que era por tu bien, quisiera decir que te fuiste muy pronto pero supongo que con tus 93 añitos sería egoísta pedirle a Dios que te dejará más tiempo acá y en el fondo se que debías irte a descansar, viste crecer a tus hijos, nietos y bisnietos, y te aseguro que todos nosotros te recordamos con mucho amor y cariño.

Los abuelitos son símbolos de amor y cariño, y a pesar de que tenías un mal carácter conmigo fuiste muy cariñosa es por eso que eres mi símbolo de amor y cariño, quiero que sepas que puedes estar tranquila porque de mi parte estoy muy agradecida de que fuiste mi abuela.

Mi cariño por ti no se borrará porque como dice una canción "Y no se muere quien se va, solo se muere el que se olvida" siempre recordaré esa sonrisa y ese abrazo que me dabas cada vez que me veías y recuerda que siempre seré tu lucilita así como te gustaba llamarme. Me quedo con la última bendición que me diste el día antes de irte y que donde te encuentres me cuides y bendigas siempre.

Hoy solo le pido al cielo que te haga llegar esta carta donde tú nieta, tú Lucila plasma palabras que no te pudo decir y no es una despedida sino, un hasta luego.

Con mucho amor y cariño tu Lucilita.