Arte y escritura/ Semana 12/ "La niña enferma"
La niña enferma
La fiebre era altísima, la niña estaba delirando porque, hasta ahora, ningún medicamento había podido controlar aquellos síntomas tan agresivos que le comenzaron apenas la noche anterior. Hasta ese momento, sus padres no se habían preocupado demasiado porque ese día, al igual que todos los jueves, el médico debía visitar esa parte del puerto para atender los posibles enfermos, que nunca eran muchos y sus males no pasaban más allá de algunas escoriaciones en la piel producidas por el agua salada o de esporádicas heridas ocasionadas por los implementos de la pesca; no obstante, cada caso era atendido con esmero, paciencia y sabiduría.
Sin embargo, el médico, no se sabía aún por qué, no acudió precisamente ese día, a cumplir con su deber; eran ya las tres de la tarde, todos miraban hacia la lejanía del mar con la esperanza de divisar la pequeña embarcación que utilizaba el galeno para movilizarse, pero nada sucedía. En el momento en que la desesperación comenzó a dictar las leyes de su urgencia, Celia, la madre de la pequeña, fustigó con el latiguillo de su voz apremiante a su marido para que actuara de inmediato: Rogelio, pide una lancha prestada y vete a la isla donde vive el doctor, él debe estar allí en su casa; dile que nuestra niña está a punto de convulsionar y tráelo para que la vea, anda lo más rápido que puedas, no te demores, por favor.
El boticario del pueblo, quien se encontraba también muy preocupado por el estado de la pequeña, ofreció de inmediato su rápida embarcación, provista con doble motor, para ir en búsqueda del profesional de la medicina. Antes de partir, Rogelio comprobó consternado que ya la respiración de su única hija era una delgadísima línea de aire que a duras penas la mantenía atada a la existencia. Aturdido por la angustia intransigente, se dirigió al embarcadero, encendió los motores y partió con inusitada rapidez hacia el minúsculo islote donde residía el médico, la figura providencial donde la unánime fe de él y su esposa había anclado sus esperanzas.
El fuego de la fiebre se había incrementado y la respiración enferma de la niña parecía ser solo un hondo ronquido que emergía de los pulmones con suma dificultad, cuando apareció en el horizonte lejano la embarcación del boticario que venía a toda velocidad hacia el puerto. A medida que esta se fue acercando, todas las personas que se encontraban en casa de la pequeña resoplaron con cierto alivio porque comprobaron que el médico venía en la lancha… Fue en ese preciso instante cuando la linda joven que se encontraba sentada en el muelle, con un libro en las manos, leyendo esta historia, lo cerró de repente porque se estaba haciendo muy tarde y nos quedamos sin conocer qué pasó finalmente con la niña enferma.
Invito a la amiga @yennyteran.
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Quede en suspenso ¿ Habrá Rogelio localizado al Dr.? ¿Pudo la niña sobrevivir a ese momento entre la vida y la muerte? Esperemos a que la joven del muelle vuelva abrir su libro.
Por si acaso la joven no regresa al muelle, imagine usted el final, amiga. Después me lo cuenta. Gracias por la visita y sus comentarios. Un saludo fraternal de mi parte.
Jajajja amigo que cruel, vamos a tener que pedirle a la chica el nombre del libro para saber el desenlace de la historia jejeje
Me encantó leerte, aunque me hayas dejado con la historia inconclusa jejeje
Saludos amigo, éxito en el concurso.
Como siempre sugiero: imagine usted el final, amiga, y después me lo cuenta... Gracias por su visita, se agradecen mucho los comentarios de los buenos lectores. Saludos.
Genial el ejercicio narrativo que nos ofreces en esta ocasión. Una historia dentro de otra historia, con lo cual se confirma que los libros sin ventanas a través de las cuales miramos otras vidas. Una vez más agradezco tu compañía en este iniciativa. Un abrazo.
Saludos, amiga... La verdad es que cada semana es un nuevo reto de invención, de apelar a toda máquina a la imaginación, para escribir sobre tus propuestas. Eso se agradece. Saludos.
Y siempre lo haces de manera impecable, amigo mío.
No se vale amigo... quedé con ganas de seguir leyendo.
Me encantó ese toque de suspenso, que me mantuvo inspirada hasta el final.
Saludos y mucho éxito.
Amiga, con su gran creatividad, póngale el final y después me lo cuenta. Saludos, gracias por sus gratas visitas a mis publicaciones.
Jajaja muy buena esa! Amigo, Me dejaste pensando en un final feliz para la niña enferma jajaja. Me gusto leerte saludos
Qué bien, amiga, esa es la idea, que usted misma piense en el final de la niña... Gracias por su visita y comentarios. Saludos.
Excelente manera de escribir un relato usando la intertextualidad, es un recurso muy usado por Cortázar en sus cuentos y tú supiste llevar un suspenso y cortarlo repentinamente para dejar al lector con las ganas de saber ¿qué pasó? Saludos amigo.
Sí, amigo. Me gusta seguir el consejo de Cortázar: en el cuento se gana por nocaut...
Gracias por comentar. Saludos.
Este final me dejo en suspenso espero que la niña haya sobrevivido
Si ese es final que usted desea, ese será el final. Gracias por visitar mi post y dejar un comentario, amiga. Saludos.
Oh no! Me quedé con la duda por la pobre niña.
Excelente historia, que atrapa al lector desde el primer párrafo. Saludos y muchos éxitos