La vida está llena de piropos, desde que nos recibe el sol hasta que nos refugiamos en la noche, estamos recibiendo esos mensajes indirectos de la naturaleza para nosotros. Es una manera particular de ver los regalos diarios que Dios nos depara: un cielo luminoso nos invita a caminar, un jardín florecido, una brisa fresca nos dan aliento a seguir adelante.

El piropo es un agrado que tiene alguien para nosotros, es un mirar ojos bonitos en cara ajena y reconocerlo. Cuando le decimos a la amiga: “qué hermoso suéter, te luce, hace resplandecer tu rostro”, “qué bonito se te ve el cabello”, o a la pareja: "qué bien te quedó ese nuevo corte de cabello", esto vale para la familia y personas que están en nuestro entorno.

Dejar en el otro un comentario positivo que le llene de alegría es necesario. En la relación de pareja el piropo tiene cabida permanente, ayuda a la autoestima y refuerza la unión. Con la monotonía las personas dejan de verse y eso que se notaba al comienzo se descuida y se pierde la oportunidad de agasajar al compañero con todas las implicaciones que eso tener.

_{La imagen corresponde a un cuadro en óleo elaborado por mí, titulado La Tregua.}

La visión que mucha gente posee de este acto de galanteo se tergiversó y el piropo tomó un camino incierto e indecoroso y se volvió vulgaridad, ya nos advirtió la creadora del concurso, @solperez, que por ahí no va el asunto y tampoco voy a tomar ese rumbo, voy a referirme al halago respetuoso que jamás ofende.

Conozco personas que son piropeadores de oficio: manejan el lenguaje poético, tienen ocurrencias o una lisonja para la amiga, la amada, la hermana y hasta la profesora que les toque.

Recuerdo que en una oportunidad en mis clases en la universidad, en uno de esos días que se atraviesan con complicaciones inusitadas, llegué con retardo y despeinada, y lo único que se me ocurrió decirle al grupo fue: “disculpen que me presente así tan fea”, un estudiante dijo en voz alta: “no se preocupe, profesora que usted no es fea ni comiendo limón”. Aquella salida del joven generó las carcajadas generales incluidas las mías y el estrés inicial se disolvió.

Un piropo puede: alegrar, romper el hielo, entusiasmar, alertar, enamorar, pero también desconcertar; como este, que me dejó escrito en un cuaderno, un pretendiente hace muchos años: “Recuerdos de un ser carcomido por los gérmenes de tu belleza”.

Ya hemos visto que el piropo siempre lleva una intencionalidad; existe también lo que se me ocurre llamar, antipiropo, que no es descortés o grosero pero lleva implícita una llamada de atención o queja subrepticia y puede ser igualmente ingenioso.

En una oportunidad estaba haciendo unas especies de chancletas rellenas de carne, que ostentosamente yo llamaba empanadas, pero distaban mucho de tomar la forma adecuada; cuando fui a voltear una, mi impericia hizo que esta se saliera del sartén y cayera al piso. Mi nuera se acercó diligentemente y me quitó de la mano el utensilio de cocina para continuar ella volteándolas, al tiemo que dijo: “menos mal que usted estudió, suegra” no remató con lo que todos entendimos “porque como cocinera se muere de hambre”, no, no lo completó así, pero la anécdota quedó en el tiempo y cada vez que surge algo similar, cualquiera de los que esté presente trae la expresión al ruedo. Ese día también nos reímos mucho.

Digamos que decir las cosas de manera diferente, deliberada o espontáneamente, genera un efecto y este cuando nos mueve a la risa es muy beneficioso para las relaciones interpersonales. Me gusta el piropo que lleva a pensar y no nos deja indiferentes.

Toca también crear piropos para este concurso. Dejo estos dos:

Siempre fui una enamorada de las palabras, pero ahora que disfruto de tus letras para mí, las amo más.

Qué bueno fue el día que aprendí a leer para poder valorar el romance de tus líneas.

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Esta ha sido mi participación para el segundo concurso de la comunidad de venezolanos que integran @marcybetancourt y @solperez, "Piropos", el cual puedes leer aquí. invito a participar en el mismo a mi nuera @ydelitza y mi yerno @panchocroquer.