V. Kasparov : ¡Un día perfecto!

in #hispano6 years ago

Esta es la quinta entrega de las historias de V. Kasparov. Para entender mejor a los personajes es recomendable leer las 4 primeras.
1.-V. Kasparov: Analista y ejecutor para sus mejores partidas.
2.-V. Kasparov: La web corporativa
3.-V.Kasparov: Med, el último vínculo con el pasado.
4.-V. Kasparov: La mosquita muerta


Como el relato es largo, al final les dejo una grabación para los que tengan pereza en leerlo. Aquellos que prefieran escucharlo, me gustaría pedirles la opinión de que les parece ese sistema. Si les gusta más que el escrito entonces grabaré los 4 primeros y los volveré a editar. ¡Muchas gracias por su colaboración!


Era sábado y Ariel estaba disfrutando de una hermosa tarde de verano sentado en la terraza de un bar. No era la zona céntrica del pueblo, pero le gustaba porque era mucho más tranquila. En los pueblos todo el mundo se conoce y aunque el suyo ya tenía unos 100.000 habitantes, sentarse en una terraza del centro, significaba no parar de saludar a gente. Aquí saboreaba su cerveza absorto en su lectura. Estaba cansado pero se sentía feliz.
Ese mismo día, Bien temprano, se había levantado y preparado las cosas para el curso que estaba a punto de culminar. A las siete de la mañana había quedado con Albert para encontrarse en el bar frente a la estación del tren. Los dos llegaron puntuales a la cita. Albert como siempre, con su sonrisa y su energía desbordante. Ariel contento, pero con el cerebro dando señales de estar todavía frío. Tomaron café con un croisant, hablaron un poco y unos minutos después pareció que el cerebro de Ariel daba señales de vida. Pagaron y subieron al coche de Ariel, un utilitario de buen motor. Charlando y con un poco de música, se plantaron en la escuela en hora y media.
Era una hermosa población de costa. Se reunieron con los compañeros de curso; saludos y risas mientras esperaban para empezar. Apareció el instructor y los hizo entrar al aula. Era el examen final. Si aprobaban se les otorgaría el carnet de primer nivel de submarinismo.
El examen le fue bien a todo el mundo y como celebración de fin de curso, habían programado una inmersión para todo el grupo. Albert no se examinó, solo acompañaba a Ariel, pero sí se había apuntado a la inmersión. En realidad Albert ya tenía los 4 niveles de submarinismo amateur.
La inmersión fue una maravilla para los sentidos. Volar por encima de rocas, dejarse caer por 20 metros tras peces que parecían guiarlos, silencio inspirador en aquel mundo al que muchos quisieran volver. Tras la experiencia, una ducha para quitarse la sal, risas y al bar a por unas cervezas. Media hora después, despedidas y promesas de que se volverían a ver todos en el siguiente curso.
A los coches y para casa, llegarían más o menos a la hora de comer. Ariel dejó a Albert en su casa. No quedaron para salir esa noche, ya que Albert, al día siguiente se iba con unos amigos a hacer escalada.
Tras el almuerzo Ariel se pegó una siesta escuchando de fondo los éxitos del difunto David Bowie. Cuando se despertó, paso de la cama al sofá, y ahora en silencio se puso a leer. “Hasta luego y gracias por el pescado” El libro lo había comprado por el título, pero desde que lo empezó, disfrutó de esa comedia irónica y hasta cínica ambientada en un mundo intergaláctico. Ariel estaba animado y decidió salir solo.
Ahora en el bar con la cerveza y el libro, dejó pasar la tarde. Acabó el libro cuando el sol ya se ponía y pensó que era buena hora para ir a cenar. Le apetecía algo de comida italiana acompañada de un vino tinto fresco. Ariel se pasaba por los huevos los convencionalismos, si hacía calor, un tinto fresquito era lo que más le apetecía para acompañar la comida.
El restaurante era pequeño, casi familiar, muy tranquilo y la cena fue deliciosa. Eran cerca de las 12 de la noche y decidió ir a tomar un Vodka con tónica al único club de jazz del pueblo.
El local era una casa antigua con paredes de piedra, mobiliario en madera, música de jazz, blues y soul al volumen ideal. Sentado en la barra con su vodka recordó el día en que Edna le enseñó esta variante rusa del gin tónic. Fueron pasando las horas, Ariel conocía a mucha gente, hablaba con uno y con otro, le coqueteaba con la mirada a las chicas, pero los nervios lo paralizaban cuando alguna se le acercaba. Seguía siendo el chico tímido con las mujeres que en el instituto nunca triunfó a pesar de lo fácil que se lo ponían.
Ya a las tres de la madrugada la gente salía en dirección a la discoteca. El día había sido perfecto y Ariel pensó que ir a la disco lo podría estropear, así que se despidió de los conocidos que quedaban y decidió irse a dormir.
Se subió en su peugeot 206 grafito, arrancó y lentamente se fue incorporando al tráfico de esa noche casi mágica. Llegó a un semáforo en rojo, aprovechó para conectar el equipo de música al teléfono y buscó la carpeta donde guardaba a sus grupos preferidos. El semáforo se puso verde parpadeante para los que giraban a la izquierda; Ariel arrancó buscando en el teléfono y encontró un álbum de Santana, “Abraxas”, lo puso en reproducción y entonces, de repente, lo sobresaltó una estruendosa bocina. Al parecer le había cortado el paso a otro coche que tenía preferencia. Ahora le hacían luces desde atrás. Al llegar al siguiente semáforo la calle se abría en dos carriles y el de atrás aprovecho para situarse al lado de Ariel. Un tipo con cara de llamar a las puertas con la cabeza le empezó a chillar.
-¿QUE TE PASA, NO SABES CONDUCIR?- Ariel lo miro un tanto sorprendido y le dijo- ¡Lo siento! -
¿LO SIENTO? ¡SI TE METO UNA PATADA EN LOS DIENTES SI QUE LO VAS A SENTIR, SUBNORMAL!- ¿que le pasaba a aquel mongoloide con peinado a lo militar?, pero Ariel aun se controló.
¡Perdona, joder, no te he visto! le dijo Ariel. Pero el tipo, que parecía tener unos años menos que él, unos 28 más o menos, seguía buscando bronca.
¿QUÉ NO ME HAS VISTO? ¡COMO ME BAJE DEL BUGA SI QUE ME VAS A VER BIEN, GILIPOLLAS, QUE TE VOY A ROMPER EL CULO!
La gente que pasaba por la calle se quedaba viendo el espectáculo sin acabar de entender lo que ocurría. A Ariel ya se le habían hinchado los cojones, pero aun tenía ganas de acabar bien la noche. Puso el aire acondicionado y subió las ventanas. El semáforo se puso verde y el anormal de su lado arrancó haciendo patinar las ruedas para situarse delante de Ariel y avanzar entonces a paso de tortuga. Había puesto música tecno-acid-house a mil decibelios de volumen y saltaba dentro del coche como si estuviera en una discoteca. Ariel entendió que la cena de aquel imbécil había consistido en pastillas rosas con la cara de Mickey Mouse.
Así llegaron al siguiente semáforo. Ariel permanecía detrás llenándose de paciencia. El tipo sacó la cabeza por la ventana y les grito a unas chicas de poco más de dieciocho años, vestidas para la discoteca.
¡ EH, GUARRILLAS, A LA QUE ME CHUPE LA POLLA LE REGALO UNA ENCULADA, JAJAJAJAJA!
¡Que tipo más anormal! pensó Ariel. Las muchachas pusieron cara de asco y miraron hacia otra parte. El semáforo cambió a verde y el cretino volvió a dejar la rueda marcada en el asfalto, haciendo saltar del susto a una pareja de viejitos que estaban acabando de cruzar la calle. Metros más adelante, estuvo a punto de arrollar a un perrito en un paso de cebra. El rápido tirón que la dueña dió a la correa, dejo al perro medio estrangulado pero vivo.
Ariel y los demás coches frenaron para dejar pasar a la señora, pero esta, aun con el susto en el cuerpo, no quiso ni cruzar. Ariel siguió avanzando, la calle tenía una suave pendiente. en el siguiente semáforo el energúmeno se colocó a la derecha para seguir recto. Ariel se desplazó al carril de la izquierda para girar, pero en un rápido movimiento, cabeza rapada se adelantó a Ariel y se puso también a la izquierda.
El semáforo se puso verde y esta vez el tipo no arranco, seguía bailando con la música que se podía escuchar desde el pueblo de al lado. Ariel ya muy harto le pitó. El tipo le mostró el dedo corazón por la ventana y soltó el freno. Su coche se deslizó hacia atrás hasta golpear el 206 de Ariel. Lógicamente no le hizo nada, pero Ariel ya harto se bajó del coche. En ese momento el tipo arrancó y giró como si estuviera poseído. Los coches de detrás ya estaban pitando. Ariel entró en su coche y arrancó. Al girar pudo ver como el tiparraco giraba en la primera calle a la izquierda. Entendió que iba a volver a buscar la calle por la que antes subían para seguir recto hacia la zona de bares situada a la salida del pueblo. Ariel decidió que aquel idiota ya se había ganado una ostia en la rifa y que él le iba a hacer la entrega del premio. No giró en la misma calle, sino que decidió ir a la zona de ocio por otra ruta.
Unas calles más adelante Ariel giró a la derecha, atravesó todo un barrio nuevo por la avenida principal y desembocó en la antigua carretera, que hoy ya era una calle más. Giró de nuevo a la derecha y en un kilómetro más, llegó a la rotonda que era el centro de toda la zona de fiesta. Había bastantes coches, la mayoría se dirigían a la gran zona de párking del lado izquierdo de la rotonda, pero como Ariel quería pasar desapercibido y tener una buena posición por si había que largarse rápido siguió recto y se metió en una calle con unos pocos edificios de viviendas entre naves industriales y de almacenamiento.
La calle era de una dirección y los coches aparcaban a la izquierda, pero como estaba mal iluminada la gente apenas buscaba sitio para dejar el coche allí. De repente Ariel se sorprendió. Andando en dirección contraria pasó el mamarracho maquinero. Seguro que había aparcado por ahí cerca. Ariel vio un espacio libre y aparcó. Cuando iba a apagar las luces una sonrisa se le dibujo en la cara. había aparcado justo detrás de aquel cabrón. Los astros se alineaban para darle una lección al chulo putas.
Ariel cerró su coche y se fue rápido tras el payaso, pensó que para hacerle un trabajito en su “buga” ya tendría tiempo. Cuando llegó a la rotonda de nuevo, vio al tipo cruzar la calle, iba hacia un bar. Mucha gente lo hacía. Bebían en los bares alcohol barato y ya entraban a la discoteca semiborrachos, eso les resultaba económicamente mucho más barato que emborracharse en la discoteca. Ariel le siguió los pasos.
En el bar había bastante gente, pero no estaba lleno. Era amplio y cutre, ideal para atender a mucha gente con pocas pretensiones.El tipo estaba saludando a un grupo de gente que se les notaba incómodos con su presencia. Ariel fue hacia la barra casi al mismo tiempo que el mono arrogante.En ese momento pudo detallarlo un poco más. Era de su altura, algo más joven y estaba atlético; era un animal de gimnasio.
El camarero se acercó a Ariel, pero antes de que pudiera atenderle el tipo le gritó.
¡OYE TU GORDO! ¿DÓNDE ESTÁ MI WHISKY? ¿NO VES QUE ESTOY AQUÍ?- el imbécil se reía como si hubiera soltado una genialidad y miraba a la demás gente a ver si lo acompañaban en las risas. El camarero le sirvió el trago y el tipo volvió a gritarle desde el centro del bar.
¡EH GORDO, HASTA ARRIBA, NO QUIERO TACAÑOS!. el camarero le añadió otro chorro, cerró la botella y se fue de nuevo a atender a Ariel. Este pidió una cerveza y la pagó. Quería estar listo para salir detrás del maquinero en el momento que hiciera falta. Más gritos.
-¡JODER GORDO! ¿QUE PASA CON MI VASO? ¿TENGO QUE HACERTE UNA INSTANCIA PARA QUE LO LLENES OTRA VEZ?- el camarero, con desgana, cogió de nuevo la botella. El tipo, viendo al camarero serio, se giró hacia el dueño del bar y le grito.
¡JODER MANEL, ¿QUE PASA QUE CADA VEZ TIENES CAMAREROS MÁS INÚTILES?- El dueño le hizo unas señas con las manos como pidiéndole por favor que no gritara y se calmara.
El tipo se bebió su segundo whiskey, dejó el vaso con desprecio en la barra y también con desprecio dijo.
-¡que os den por culo! se dio media vuelta y se largó. Ariel se quedó muy extrañado, nadie le dijo nada en el tiempo que estuvo molestando y se fue sin pagar. Algo se le estaba escapando de esa situación, de todas formas dejó su cerveza a medias y siguió a aquel extraño y desagradable personaje. Volvió a cruzar la calle y vio al tipo que se encaminaba hacia la puerta de una de las discotecas.
Ariel se paró a unos 10 metros de distancia y para disimular sacó un paquete de tabaco y se encendió un cigarro. Miraba como se desarrollaba la escena en la puerta de la discoteca. Uno de los gorilas de la entrada parecía no querer dejar entrar al puto gilipollas. Se inició una discusión y llegó otro gorila a decirle que se fuera, el idiota cada vez mas excitado discutía gesticulaba y alzaba la voz. La cosa ya iba a estallar y salieron dos gorilas más. Uno de los recién llegados, como buen macho alfa, se puso delante y empujó al desquiciado, de inmediato su nariz pagó la osadía. En un instante, ostia va, ostia viene, patadas, uno caído, tres agarrados rodando; tras unos caóticos momentos, los gorilas repuestos de la sorpresa, hicieron valer su factor de mayoría numérica para dejar caer sobre el atacante una lluvia de golpes y patadas. Tras unos 30 segundos de batalla, los gorilas se retiraron arreglándose sus trajes baratos de vigilantes anormales, mientras dejaban al idiota en el suelo sin saber muy bien que le había pasado.
Pasaron unos tres minutos hasta que el tipo se levantó y mientras se arreglaba la ropa y se sacudía el polvo les gritaba a los gorilas.
¡SOIS MUY VALIENTES VOSOTROS, TODOS JUNTOS, HIJOS DE PUTA, VENID DE UNO EN UNO!-
Cuando sintió que la ropa estaba de nuevo en su sitio y medio limpia les volvió a gritar.
¡MUY BIEN PUTOS GORILAS, ASÍ QUE OS GUSTAN LOS GRUPOS ¿VERDAD? PUES AHORA VUELVO CON LOS MÍOS Y OS VAMOS A DEJAR EL CULO COMO UN BEBEDERO DE PATOS ¡CABRONES! AHORA SI QUE OS VAIS A REÍR.
El tipo se dio media vuelta y se fue en dirección a la calle donde tenía el auto. Ariel arrojó el cigarro y lo siguió a distancia. No sabia que le daba mas asco, si aquel puto gilipollas o el grupo de gorilas maricones de la puerta de la discoteca.
Se adentraron en la calle medio oscura donde estaban los coches. Se percató que el maquinero, medio tambaleándose buscaba algo en su pantalón. Ariel se puso en guardia. El tipo de repente se giro hacia la puerta de un edificio y empezó a mear sobre esta. Ariel se sonrió y pasó de largo por su lado. Llegó hasta el Peugeot y abrió el maletero haciendo ver que buscaba algo. Cuando el tipo acabó de mear siguió el camino hacia su coche, pasó junto a Ariel sin prestarle atención. Ariel miraba el maletero. Allí estaba el equipo de buceo, careta, aletas, bombona de oxigeno, chaleco, cinturón de pesas y regulador de presión con sus latiguillos. Escuchó las llaves del tipo, ¡estaba intentando abrir la puerta con la llave! Iba tan mal, que no pensó en apretar el botón del mando a distancia. Ariel no se lo pensó dos veces agarro la bombona de catorce kilos y se fue hacia el tipo, la balanceó en el aire y sonó un golpe seco, cabeza contra bombona y el tipo a dormir. El ruido fue tan seco que apenas se oyó. Ariel cogió las llaves de la puerta, abrió el coche y metió al tipo en el asiento del conductor. Tenía la cara llena de golpes, un ojo medio hinchado y sangre en la ceja. De su golpe le resultaría un chichón más en la cabeza. Ariel se subió al asiento de atrás, tenia ganas de darle una paliza, pero en ese estado no le pareció apropiado. Dejó la bombona en el asiento de atrás y salió del coche para dirigirse hacia la puerta del acompañante. entró y se sentó. Ya había decidido que se vengaría robándole.
Abrió la guantera para ver que encontraba y se quedó paralizado por un instante. Había una pistola automática. ¿Quien era ese tipo? ¿un traficante, la competencia? no lo conocía. Entonces se fijó que debajo de la automática había algo parecido a una billetera, le pareció reconocer lo que era. Sacó el pañuelo de su bolsillo y con cuidado de no dejar sus huellas cogió la supuesta billetera. Exactamente era lo que él pensaba. Alrededor de un escudo metálico la leyenda de “Policía Nacional”. El grandísimo hijo de perra arrogante se aprovechaba de ser policía, Seguro que era un puto corrupto. Ahora entendía lo de irse del bar sin pagar y lo que le dijo a los gorilas de volver con sus amigos. A Ariel le hervía la sangre quería coger la pipa y pegarle tres tiros allí mismo. La tentación era muy grande, estaba paralizado entre lo que quería hacer y lo que sabía que no podía hacer. Lo pillarían seguro. Casi no podía pensar de la rabia, pensó en coger la bombona y reventarle la cabeza; y de repente se le encendió una bombilla.
Metió la placa en la guantera y la cerró. Salió del coche y se fue al suyo. Abrió el maletero y regreso al coche del policía. entró en el asiento de atrás con el regulador de presión y el chaleco. El policía estaba sentado echado hacia adelante con la cabeza entre el volante y la ventanilla. Ariel cogió el chaleco y se lo fue poniendo al policía. Le ajustó bien los cierres y entonces le conectó un latiguillo a la toma de aire. puso el regulador en la bombona y abrió la llave. El chaleco de inmediato se infló. Lo dejó inflar hasta que lo notó bien duro por la presión del aire. Cerró la llave de la bombona y esperó. Al cabo de 15 o 20 segundos el policía abrió la boca. En menos de un minuto le empezaron unos espasmos que cesaron en 5 o 7 segundos, entonces pareció que se hundía en un sueño mucho más profundo. Con las costillas paralizadas por la presión del chaleco el tipo no podía respirar, se estaba ahogando. Ariel miró el reloj, en unos cinco minutos moriría de muerte cerebral. Nervioso miraba a la calle con miedo a que alguien apareciera. Pasaron los cinco minutos eternos y con la ayuda del pañuelo le tomó el pulso, se le notaba muy débil. Si lo dejaba ahora, viviría como un vegetal. Pero alguien se tendría que hacer cargo de él. Seria un gasto para la sociedad. Decidió esperar un poco más. El tiempo no pasaba, pero la calle seguía desierta.
Doce minutos después le tomó de nuevo el pulso. Nada, ya estaba, un hijo puta menos, el mundo ya era un lugar un pelín mejor. Vigilando que no hubiera nadie ni en la calle ni en las ventanas, sacó las cosas del coche y las llevó al suyo. volvió y limpió con el pañuelo todo lo que había tocado.
Se fue a su coche, se sentó y respiró aliviado. Puso música, la primera que sonó, ni le prestó atención. Se sacó un cigarro y fumó tranquilamente para relajarse. Al acabarlo, ya relajado, respiró hondo y arrancó el coche, encendió las luces y se puso en marcha. salió hacia la carretera. estaba oscuro, no había luna, el cielo despejado era un espectáculo de estrellas, Ariel las miraba maravillado, acabó la canción y empezaron a sonar unas campanas y tras ellas unos acordes de guitarra, ahora Ariel si prestó atención a la canción que empezaba; Hells Bells de AC/DC. Ariel se sonrió, ¡ese había sido un día perfecto!.

Al día siguiente salió en la tele la noticia de que habían encontrado a un policía muerto en su coche. La autopsia dio como causa de la muerte un paro cardíaco provocado por un cóctel de drogas y alcohol, que hizo explosión cuando se unió a la adrenalina que le produjo una pelea con los guardas de seguridad de una discoteca cercana. Todos ellos estaban detenidos mientras se investigaba la parte de responsabilidad que tenían estos en el deceso del agente del orden público.

Si te quieres ahorrar la lectura, puedes escuchar la narración en este enlace.
Imagen: https://www.google.com/search?q=muerto+en+el+coche&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwihhY7WrNrYAhUIvVMKHTdpATYQ_AUICygC&biw=1304&bih=655&dpr=1#imgrc=P0fvkWyU-GNFIM:
Sort:  

Ya me puse al día y ahora releo esto. Muy bueno, @valki, vale la pena esperar los días que falten para que sintetizés esta narrativa de primera. Aún no entiendo bien a Kasparov. Antes me pareció un matón sin mucho intelecto; ahora no tanto, en especial dado que lee la guía del autoestopista intergaláctico. No puedo evitar imaginarlo como el personaje impulsivo y solitario de Robert De Niro en Taxi driver. Ahora que ha matado a un policía y ha quedado satisfecho se me imagina más un frío e inteligente Dexter Morgan.
No suelo escuchar audiolibros así que no puedo comentar sobre eso. Igual valdría la pena grabar las demás entregas para quienes sí lo hagan. Para serte sincero le tengo mucha fe a esta serie y creo que cuando juntés los textos, como lo hiciste antes con el relato erótico, quedará algo extremadamente consistente y de excelente calidad. Así que felicidades y, como siempre, nos dejás con ganas de más.

¡Joder @elguille, me dan ganas de imprimir y enmarcar este comentario!. Para tenerlo a la vista los días en que uno se levanta bajo de ánimos y sin mucho interés por nada. Muchas gracias. Por cierto, tengo que comentarte una idea. En el privado de discord te dejaré un enlace.

Soy más leona que escuchona, me gusta ver las palabras y seguirlas en su viaje. Una cosa: qué bueno, has conseguido, al contar lo de ese tipo, el policía, que no me importara nada que Ariel le pagase un boleto al infierno. Es una pena que los editores estén más a otras cosas, porque tu manera de narrar, el sentido del humor, y los temas que tratas, interesarían a mucha gente. Me lo llevo, que lo merece.

Muchas Gracias @Susiunderground, aunque tengo que confesarte que hacer un relato así me lleva 3 días. Pero al final quedo contento y lo publico. Yo también me maravillo con tu capacidad de sintetizar la vida cotidiana, con lo bueno y lo malo, con la dulzura y con el abusador; eso si te convierte en una leona, Jjajaja; eso si te convierte en una leona. Tanta poesía sin la necesidad de recurrir a corazones enamorados, rotos, ciegos, en la distancia, entre lagrimas, celestiales... que al final dan arcadas.

Utilizar la poesía para hacerse pajas (mentales, supongo) es como usar el caudal de un río sólo para lavarte la cara. “Me gustaría mucho más que te lavaras la cara sólo las mañanas que te diera la gana”.

veo que te esforzaste mucho para crear este post, un saludo amigo!

Gracias @josecrespo, la verdad es que si me cuesta esfuerzo. Pero con la obra acabada me siento feliz, Aunque sea un relato corto.
¡Saludos!

me alegro mucho que te halla salido tan bien, estaré al pendiente de tus publicaciones y de tus relatos. Le invito ha pasar por mi blog como ya dije estaré al pendiente del tuyo:)

Que talento para escribir, que virtuoso!

Ese Ariel es un asesino refinado, de los que gustan, ajajajajajajja Y la música genial!!!! En el próximo creo que sería mejor que colocaras el enlace del audio al principio del post para que los que quieran tengan acceso a él de una. Abrazos!!
Ah tenemos que tomarnos unas cervezas en un bar de cerveza irlandesa que hay por aquí donde ponen de esta música ;D

Clarooooo! cerveza y hevy o punk que mejor maridaje, jajajjaja. Ya lo espero.

This post has received a 0.31 % upvote from @booster thanks to: @valki.

You got a 0.53% upvote from @postpromoter courtesy of @valki! Want to promote your posts too? Check out the Steem Bot Tracker website for more info. If you would like to support development of @postpromoter and the bot tracker please vote for @yabapmatt for witness!

Coin Marketplace

STEEM 0.26
TRX 0.11
JST 0.033
BTC 64678.67
ETH 3086.68
USDT 1.00
SBD 3.87