La Madama del lago (Leyendas de mi ciudad Maracaibo)

El sonido de la piedra del dominó que golpea la mesa constantemente se mezcla con el de las olas del lago que llegan a la orilla en el barrio Gonzaga, aledaño a la plaza del buen maestro.

Un barrio que nació, a mediados de los años sesenta, en la época que el colegio Gonzaga funcionaba en lo que fueron las oficinas de la Mene Grande Oil Company, en la avenida el Milagro, de Maracaibo.

La brisa lacustre sumada a la producida por la medianoche es combatida con tragos de ron, por los seis hombres que como de costumbre cada fin de semana se reúnen a compartir un rato las experiencias de la semana en sus respectivos trabajos o vida cotidiana.

El grupo generalmente es de más o menos veinte personas pero a medida que transcurren las horas solo van quedando los que han ganado más partidas y los que tienen los hígados más fuertes y por lo tanto se emborrachan más tardíamente.

De repente uno de los que se encuentra parado grita.

-Miren eso.

Todos obedecen y el más viejo de todos se persigna y exclama:

-¿Qué es esa vaina?

A una distancia de unos cincuenta metros del lugar donde están, en pleno lago, una mujer camina sobre la superficie de este.

Mueve su cabeza a cada momento mirando sus pies y hacia atrás.

Viste un largo vestido blanco que se mueve producto del viento y su cabeza va cubierta con un turbante, razón por la cual la asocian a una madama extranjera de las que vivían en los campos petroleros de la ciudad en los comienzos de la época de la explotación petrolera.

Los seis observadores quedan mudos por unos minutos, mientras ella camina lentamente hacia las ruinas de lo que era el Gonzaga y la construcción de lo que será un centro comercial.

-Eso es unaaa mueer t ata ta.- dice balbuceante Zenobio, el más joven de todos y seguidamente sale corriendo para su casa que está situada cerca de donde están, tumbando la mesa en la acción.

Lo mismo hace Heberto y Manuel, mientras que los otros tres, observan como la mujer de repente desaparece.

El efecto del alcohol es combatido por el miedo y Firpo, el más viejo de los que quedan dice:

-Vámonos a dormir.

-¿Y la mesa y el dominó? –Pregunta Tobías.

-Deja esa vaina allí que nadie se los va a llevar y no cuenten lo que vimos a nadie porque dirán que estamos borrachos.

Los seis amigos han visto lo que muchos llaman la Madama del lago, una aparición que cuentan algunos era frecuente hace algunos años y que ha mermado en los últimos años.

La mujer en cuestión ha sido bautizada de esa manera por su vestimenta y según la historia que se ha transformado en leyenda camina desde la plaza del Buen Maestro hasta lo que hoy es el Centro Comercial Lago Mall.

Se han tejido muchas hipótesis al respecto de la razón de esa aparición, entre ellas que fue una madama que murió ahogada en ese lugar, otros dicen que es un alma en pena que anda huyendo de quien la mató sin saber que ya está muerta e incluso hay quienes afirman que es una aparición ancestral y que la misma no es una madama extranjera sino una negra esclava que fue asesinada en épocas coloniales.

Lo cierto es que la Madama del lago es otra de las leyendas de la ciudad de Maracaibo.