Concurso de Escritura 12-11-2018 /El gato feliz
¡Saludos, amigos! Esta es mi participación para el concurso que organiza @fuerza-hispana cada semana. Si quieren participar, aquí puedes revisar las bases.
Kuzco había llegado a casa muy pequeñito para que fuera la mascota de la abuela. Ella misma se encargó de él porque tenía el tiempo necesario para cuidarlo delicadamente. Lo enseñó a usar la cajita de arena para que mamá no se molestara y aunque, mientras estaba aprendiendo, varias veces ensució por los rincones.
Era un gatito muy cariñoso y muy inteligente, pronto aprendió cuál era su territorio, pero como cosa rara en estos animalitos, a la abuela no la desamparaba, la seguía a todas partes; se le aparecía y desaparecía como por arte de magia y eso divertía mucho a la abuela. A ella le encantaba estar en su mecedora junto a la cesta de hilos con los que tejía y tener encima siempre al gatito que la miraba sonriente. Todos nos acostumbramos a ver a Kuzco sonriendo, durmiendo o lamiéndose junto a nuestra matrona.
Su felicidad era perenne, siempre estaba sonriente y jugueteaba con los bollos de hilo que la abuela tenía que esconder para que no los enredara. Le encantaban y le rozaba sus mejillas y sus patitas para marcarlos con su olor.
Aquella noche, la abuela se quedó dormida y se le olvidó tomar su pastilla para la tensión antes de dormir. Así que decidió levantarse y bajar hasta la cocina en busca de un vaso con agua. Todo estaba oscuro, ella iba con mucho cuidado hasta que en el último escalón perdió el equilibrio y cayó. Si no hubiera sido por el intenso y raro maullido de Kuzco no nos hubiéramos enterado de su caída. Papá, mamá y yo nos levantamos y corrimos para ayudar a la abuelita que estaba doblada por el dolor en el piso.
La llevamos al médico y estuvo hospitalizada varios días porque se fracturó el tobillo, estaba enfermita y adolorida. Mientras tanto en casa, Kuzco no quería comer y estaba arrinconado con una dura y triste expresión. Nunca imaginé verlo sin la sonrisa perenne en su cara.
Cuando la abuela mejoró y regresó a casa, Kuzco volvió a ser el gato feliz a los pies de la abuela.
Posted from my blog with SteemPress : https://aurodivys.timeets.com/index.php/2018/11/17/el-gato-feliz/
Congratulations @aurodivys! You have completed the following achievement on the Steem blockchain and have been rewarded with new badge(s) :
Click here to view your Board of Honor
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP
To support your work, I also upvoted your post!
Do not miss the last post from @steemitboard:
Tierno cuento, mi amiga. Suerte en el concurso.
Muchas gracias, querido @acostacazorla. Tus deseos se cumplieron, amigo, jajaja.
Los gatos se las traen. Son unas mascotas imprescindibles, aunque a mí no me simpatizan mucho. El cuento te quedó chévere. Suerte.
Tampoco a mí me simpatizan mucho, amiga; concuerdo contigo en que esos mininos se las traen. Un abrazo.
Gracias por tu participación en el concurso de escritura de @Fuerza-Hispana.
Congratulations @aurodivys! You have completed the following achievement on the Steem blockchain and have been rewarded with new badge(s) :
Click here to view your Board of Honor
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP
Do not miss the last post from @steemitboard:
Kuzco definitivamente es un gato muy peculiar xD Me gustó mucho la historia, bella. Abrazos <3
Gracias, querida @elelobos. Me encantó tu visita por aquí, siempre bienvenida. Un abrazo.
Pasé a leerlo tarde, querida @aurodivys. Una historia llena de ternura. Tanto Kuzco como la abuela (y su amorosa familia) son personajes adorables.
Gracias mi querida @adncabrera, me encantó tu visita.