A mis ojos les costó adaptarse al resplandor que les daba de frente, sobre una tabla al parecer resto de alguna tripulación se encontraba mi cuerpo. Las imágenes aparecían difusas en mi mente sobre lo que había pasado la noche anterior.

Trate de hacer una recopilación sobre todos esos recuerdos y armar la imagen de lo que había pasado…

Era una mañana maravillosa, yo lucía mi hermoso vestido amarillo que había adquirido para la ocasión junto con un sombrero que me había regalado mi prometido esa misma mañana. Habíamos planificado este viaje durante meses, íbamos a viajar en velero puesto era algo que ambos deseábamos hacer.

Embarcamos con una sonrisa en nuestros rostros, y el sol dándonos de frente. Saludamos a la tripulación y embarcamos nuestro viaje, queríamos pasar una noche en mar abierto sobre este magnífico medio de transporte.

Todo era una maravilla, estábamos cumpliendo un sueño.

Me hubiera quedado con esa imagen, deberíamos haber vuelto a tierra en ese momento… Pero no sabíamos el giro que iban a tener los acontecimientos.

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A medida que caía la tarde, el cielo se iba oscureciendo, como anunciando una tormenta próxima, preocupada por esto no para de decirle a mi prometido que debíamos volver, pero el se negaba y el piloto estaba de acuerdo en que este clima pasaría y podíamos afrontarlo con tranquilidad.

No pudimos afrontarlo… no pudimos…

La tormenta que se avecino fue demasiado grande, fue demasiado rápido, no tuvimos tiempo para volver, ni para reaccionar, quedamos atascados en medio de ella, de pronto la brisa nos atacó y empezamos a perder estabilidad.

No podía parar de llorar y gritar, no podía creer esto que pasaba, la angustia y el desespero que sentía fueron abarcando cada parte de mi, trate de permanecer junto a mi prometido, de abrazarnos, y no soltarnos, pero el movimiento del velero no nos permitió hacerlo por mucho tiempo…

Algún objeto golpeó mi cabeza, no pude hacer nada más, no puede ver nada más. Quedé inconsciente, al abrir mis ojos me encontraba acá, sobre esta tabla, confundida, aturdida.

A mi alrededor veía al desastre, no entendía nada, se supone que íbamos a cumplir un sueño, no veía a Tomás.

Tomás…

A lo lejos entre escombros vi un objeto que llamo mi atención y lleno mis ojos de lágrimas. Era el sombrero que me había regalado Tomás el día anterior.

¿Él donde estará?

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Me he motivado a escribir esta historia gracias a la iniciativa de @rahesi de crear el concurso de cuentos. Si quieres saber sobre lo que se refiere esta dinámica, acá están las bases del concurso.

Concurso de cuentos

Agradecida por tu lectura.

Espero lo hayas disfrutado.
Nos seguiremos leyendo.

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