Las mejores cosas no sólo vienen desde lo más profundo de nuestras almas, sino que también vienen desde orígenes externos.

Hay cosas que no toleramos, o que simplemente no podemos soportar puesto que están en contra de nuestros ideales, sin embargo, eso no significa que no podamos aprovecharlas.

Las etapas nuevas aparecen de forma incierta y no sabemos si de verdad nos convienen o no, sólo tenemos que probarlas.

No nos cuesta nada, sólo tenemos que adentrarnos en ese terreno inhóspito, aunque nos parezca insensato, para ver demostrar que si podemos adherirlo a nuestro modo de vida.

Existen etapas que no podemos superar, y esto nos impide ejecutar un avance completo a un siguiente nivel. Debemos dominarlas a nuestro antojo.

Demos gracias a las nuevas etapas que nos llegan, estas bendiciones vienen esporádicamente y, quién sabe, pueden convertirse en una fuente inagotable para nuestro futuro.

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