Antes de juzgar a otros, primero observa y examina tu propia conducta…

Shlomo HaMelej (El Rey Salomón) decía:

“Eneja lenojaj iabitu veafapeja iasiru negdeja – Miren tus ojos de frente (con honestidad); diríjanse tus párpados a lo que hay delante” (Mishlé/Proverbios 4:25)

“Lenojaj” usado en este pasaje como: “recto”, “honestidad”. También se puede usar en el hebreo como: “hacia ti mismo”… Entonces que el pasaje anterior se leería: “Que tus ojos te busquen a ti…”

En otras palabras, antes de juzgar a otro, primero observate a ti mismo.

Créeme que es muy fácil conseguir las fallas e imperfecciones en nuestros semejantes; pero lo difícil está en revelar la luz que se encuentra oculta en cada uno de ellos.

Son muy pocos los que verás hoy día interesados en alentar y restaurar a su hermano… La verdad es que vivimos en una sociedad corrompida por la crítica, el chisme y la falta de misericordia…

Parecer ser que es más fácil juzgar y criticar, sin antes conocer las causas de las desgracias de su prójimo…

Entrena tu alma en el hermoso arte de conseguir y exaltar las virtudes en tu prójimo, incluso si ellos mismos insisten en opacar su luz interior… Dedícate a elevar el autoestima de aquellos que han sido maltratados…

Esfuérzate siempre en pensar de manera positiva hacia aquellos que te rodean. Pues no sólo debes preocuparte por tus acciones, sino también por tus pensamientos.

Antes de juzgar a otros, primero observa y examina tu propia conducta…

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Shalom (Paz)... ¡Bendiciones!