A todos nos ocurre que se nos mete una melodía y la repasamos mentalmente una y otra vez, a veces la tarareamos y al rato ya está otro haciendo lo mismo, tal parece que le contagiamos la música.

Hoy desde que me levanté he estado escuchando en mi mente el Coro de Gitanos o Coro del Yunque como también se le conoce, así que la busqué intencionalmente para escucharla y la encontré con traducción, esta que les muestro.

Este coro corresponde al acto 2 de la escena 1 de la ópera Il Trovatore de Giuseppe Verdi, allí se hace alusión al trabajo duro, representado con la presencia inusual del yunque como instrumento de percusión el cual es golpeado con un martillo durante la ejecución de la ópera. "¡Al trabajo, al trabajo! ¡Golpea, Martillea!". También se enaltece al buen vino: "Sírveme un trago, fuerza y coraje el cuerpo y el alma obtienen del beber", y a la gitana, "¿quién embellece los días del gitano? La Gitanilla".

Escucharla y disfrutarla llenando de belleza mi espíritu es un regalo que quiero compartirles. La música también llena nuestros sentidos de agradecimiento, nos hace valorar la creación, nuestros oídos, nuestra sensibilidad y hasta los aparatos tecnológicos con los que contamos para llenarnos de ella.

Mis días se embellecen con el amanecer y los pájaros que llenan con su canto la mañana, el cielo siempre pleno de azul, siempre allí mostrándonos su belleza, que generalmente pasa desapercida. Mi gente con sus vivencias, las promesas de un día próspero, la creatividad de un día siempre nuevo lo que lo vuelve interesante. Nada se repite, nada es igual, la monotonía no existe, cuando se asume todo como nuevo y espontáneo.