En el camino del aprendizaje andamos, y en un Mundo tan complejo y dinámico como el nuestro, esta realidad es todavía más cierta. No adaptarse a los tiempos que corren suele ser el meollo o problema de muchas personas que se resisten a asumir los cambios y los grandes retos que los tiempos modernos exigen o traen consigo.

Estos son los pensamientos que pasan por mi mente cuando veo a la gente rechazando a las criptomonedas (el Bitcoin y cualquier otra) sin siquiera molestarse en investigar lo que son y lo que representan (o pueden todavía significar) para la libertad global, es decir, al no entender en lo más mínimo qué significa el hecho de que ningún individuo o gobierno en el Mundo pueda controlar a su antojo el valor o aceptación de una criptomoneda como medio de pago, por más que lo quiera hacer.

Es preciso repetir esto de varias maneras a algunas personas, porque parece ser que lo olvidan o no terminan de comprenderlo...

Así es, porque es bien sabido por todos los entendidos en el tema, que el valor de las criptomonedas viene dado -entre otras cosas- por el libre juego de la oferta y la demanda y la confianza que generan en quienes las usan. Son inmunes a la inflación y tienen muchos beneficios característicos más; aunque es de suponer y entender que lo que puede ser tomado como positivo o benéfico por unos, puede ser considerado negativo o nocivo por otros al considerar el tema.

Y según los expertos (y el sentido común) es algo comprensible hasta cierto punto, porque las criptomonedas son una tecnología relativamente nueva, en un Mundo que cambia de manera cada vez más rápida, y porque la humanidad lleva milenios habituada a otro sistema completamente distinto, el dinero fiduciario o dinero fiat (debido a que desde la antigüedad existe lo que conocemos hoy como dinero convencional), por eso es normal que a muchas personas no les parezca comprensible todo lo relacionado al tema.

Así es, porque que las criptomonedas sean o no el futuro (como medio de pago o algo más) está todavía por verse, pero lo que sí es muy evidente es que forman parte importante del presente y están cobrando cada día mayor importancia en el ámbito mundial; por ende, esa resistencia al cambio, que muchos sienten por lo que se refiere al tema, deberían sustituirla por observación (consciente y paciente) estudio y entendimiento de la materia, para poder opinar con propiedad sobre el asunto y tomar responsablemente una postura respecto a su asunción o no.

Hay algo muy irónico en todo el asunto de quienes abogan por el uso de las criptomonedas y quienes las rechazan totalmente. Es preciso acotar que actualmente existen personas y organizaciones muy entendidos en la materia, hablando a favor, unos, y en contra, otros, de las criptomonedas y su asunción, pero lo que desconcierta, es que muchos de quienes hablan en contra de las mismas, invierten en ellas (aunque no lo digan o digan lo contrario). ¿A qué juegan exactamente estas personas y organizaciones que hablan en contra de las criptomonedas, pero luego invierten en las mismas? pues no es posible tenerlo del todo claro.

Por un lado, puede ser que crean o piensen realmente que todo el mundo de las criptomonedas no sea más que una interesante tecnología emergente, pero por el otro, tal vez alberguen un cierto nivel de incertidumbre sobre sus posibilidades como medios de pago y su valor, especialmente a mediano y largo plazo.

También podría ser que ciertos factores juegan a la inestabilidad en la percepción de las criptomonedas en un fútil intento por hacer fluctuar su valor de acuerdo a sus propios intereses. No obstante, no es posible saberlo al 100% con certeza, pero es algo que es preciso observar con cuidado y atención, ya que, probablemente, sólo el tiempo aclarará lo que puede significar tal proceder.