1er Concurso de Cuentochip
Allí estaba mi princesa. Su larga cabellera y su radiante sonrisa la delataban. Al verla sentía que había una pequeña distorsión que me hacía tener la certeza de que ella me estaba mirando, pero estoy seguro que no era así. Y es que quien iba a mirar a semejante esperpento que sufre de pérdida de memoria y falta de belleza. Además, no la puedo invitar a salir porque no tengo saldo suficiente para cumplirle todos sus caprichos y eso me duele. Pero no descansaré y pronto con pequeños detalles me ganaré el corazón de mi adorada princesa .