Hipocresía moral

Ayer en la fila de espera del transporte, una señora hacía unas críticas muy fuertes en contra de las personas que tenían por costumbre no respetar los turnos en la fila, en su discurso indicaba la importancia del respeto y las buenas costumbres, particularmente coincidía con la señora en sus acertados comentarios, al menos fue así, hasta que llegaron tres amigas o conocidas de esta señora, y ella muy descaradamente les pidió que se colocaran a su lado para que evitaran ponerse al final de la fila como le correspondía.

Esta acción de quien fuera una heroína hasta ese momento, me hizo pensar en aquella frase que dice:. Lo relaciono con esto porque son muchas las personas que van por el mundo con un discurso que siempre apela a los valores y buenos principios, pero su actuación no guarda concordancia con ese discurso.

Esta hipocresía moral estamos acostumbrados a verla en la mayoría de la dirigencia política, quienes han hecho de ella un verdadero arte, cuando descaradamente en sus discursos nos hablan de solidaridad o de la necesidad de luchar contra la corrupción mientras ellos disfrutan de grandes fortunas logradas por quedarse con los bienes que nos corresponden a todos.

En el ámbito religioso es donde esta doble moral genera más controversia, en este existen muchos supuestos voceros de la palabra divina, actuando como verdaderos mercaderes de la fe, muchos de los supuestos guías espirituales aparecen involucrados en las peores atrocidades, otros ofrecen un camino de salvación que ellos mismos no son capaces de recorrer.

Existen casos que considero particularmente dolorosos, por la que estos conllevan, uno de ellos es cuando personajes que se identifican como defensores de los derechos humanos, pero por seguir una línea de venganza o defender sus propios intereses políticos, mantienen acusaciones contra quienes han decidido luchar por el sagrado derecho a la libertad.

Otro ejemplo que resulta muy triste y nos toca en la actualidad, es el de algunas personas que fueron emigrantes en algún momento de sus vidas, y ahora critican o le colocan cualquier cantidad de obstáculos a quienes se ven obligados a buscar mejores oportunidades en otros países.

En lo más cotidiano de nuestras vidas, sobran casos de personajes que van actuando de manera contradictoria entre el decir y el hacer, criticando los errores de los demás pero obviando sus propios errores, esto se nota mucho en cualquier reunión social, sitios de trabajo, relaciones de pareja y lamentablemente en el seno de muchas familias.

Este comportamiento se hace tan común, que todos corremos el riesgo de contagiarnos, hasta el punto que estamos creando un entorno de desconfianza total, en el cual se hace muy difícil diferenciar entre quienes nos ofrecen un buen consejo y quienes nos quieren conducir hacia a una trampa. Es en medio de este entorno, lleno de contradicciones entre el decir y el hacer, que se nos presenta el gran reto de actuar de manera coherente, manteniendo la lealtad con nuestros valores y principios.

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