El término de autoridad está relacionado con el poder legítimamente otorgado por un superior al nombrar a un apersona en un puesto de dirección. Por lo tanto, al hablar de autoridad hablamos de poder.

Los gerentes y los supervisores tienen el poder moral y la autoridad legítimamente otorgada para ejercer su función de dirección, sin embargo, ser Jefe conlleva a una gran responsabilidad.

Algunos jefes suelen pasar el tiempo dejando bien claro que ellos son los que Mandan, sobre todo cuando tienen a un líder cerca de él. Si uno de sus colaboradores presenta signos de liderazgo, tratará de opacarlo y neutralizarlo (ya que lo considera una amenaza), y de ser posible, hacer que renuncie a la empresa, eso lo hace un jefe incompetente.

La autoridad es un asunto de confianza, un Líder ejerce la autoridad con prudencia y discreción, solo la usa en pro de las actividades de la organización.

Un Líder concibe su autoridad solo para tomar decisiones orientadas a cumplir las metas organizacionales, nunca lo hace para obtener ventaja personal, en otras palabras, Un Líder nunca abusa de su autoridad.

Un buen Líder, debe primero definir sus niveles de autoridad con sus superiores, luego debe analizar los niveles de autoridad que va a delegar a sus colaboradores.

Un Líder practica lo que predica, cuando cede autoridad a un miembro de su equipo, respeta sus decisiones y las apoya, claro está, si es de corregir, lo hace con cautela y discreción, pero siempre respetando la autoridad otorgada.

Un jefe definitivamente tiene la autoridad de dirigir acciones, aún siendo Líder o no, ahora, un Líder puede tener o no la autoridad para dirigir, pero siempre logrará que su equipo haga bien las cosas que se deben hacer.