En las empresas, las personas que llevan las riendas son las responsables de las acciones que se ejecuten y de las que se dejan de hacer, sin embargo, para llegar a esto, dichas acciones se deben planificar, los gerentes deben saber plantear las metas tanto a corto, a mediano como a largo plazo.

Los jefes planifican, pero pueden en algún momento determinado, dejar de hacerlo, pueden cambiar los planes, como pueden simplemente dejar de seguirlos porque se cansan, porque se les olvida, o porque le dan prioridad a otras cosas (se desenfocan), y llegan al punto de parecer no importarles, total piensan que “siempre serán los jefes”,

Un Líder sabe que no se puede dejar nada al azar, que las actividades en las empresas necesariamente deben estar planificadas al detalle para poder cumplir con las metas, los objetivos, hacer valer la misión y la visión.

Se debe aclarar que las metas en una organización se planifican, un Líder debe tener planes en los tres niveles de la organización (Nivel operativo, nivel supervisorio y nivel directivo), así como también a lo largo del tiempo dividiéndolas en acciones a realizar a corto, mediano y largo plazo.

Un Líder involucra a su gente, a los miembros de su equipo, en las metas organizacionales, estipulando a cada uno de ellos su cuota de participación, dejando bien claro lo que se espera de cada uno de ellos, se cerciora de que las metas estén bien definidas y enfocadas y de que los miembros de su equipo las hayan entendido claramente.

Un Líder le hace seguimiento a los planes de la organización, los repasa, los evalúa periódicamente, y puede ser que se presenten algunas desviaciones en los procesos, en cuyo caso tomará las acciones para enrumbar las acciones hacia los planes originales. Sin embargo, algunas veces, puede ocurrir, que existan algunas situaciones en su entorno que provoquen cambios en los procesos, lo cual trae como consecuencia que se tengan que adelantar los planes, también puede suceder que se tenga que tomar una decisión radical como replantearse las metas o cambiar los objetivos para evitar una catástrofe o para aprovechar una coyuntura que le sea mucho más favorable. Un buen Líder está a la expectativa de cualquier señal en el mercado.