Black Lagoon y la Hermosa Prosa de lo Horrible

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En el 2008, el aclamado escritor y guionista Gen Urobuchi (Madoka Magica (guionista del anime), Fate/Zero (escritor de la novela)) decidió escribir una novela con historia original de la franquicia de manga y anime Black Lagoon. Esta propuesta vino del mismísimo creador de la serie, quien le dio carte blanche a Urobuchi para hacer y deshacer con sus personajes como mejor deseara – un nivel de confianza bien merecido.

Para los que no conozcan Black Lagoon, no se preocupen. Esta novela no está hecha solo para fans del título, sino para quien sea aficionado de una buena lectura. De hecho Urobuchi dedica el mayor arco de la novela a un personaje de su propia invención, el cual funge de antagonista.

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En esta novela la Lagoon Company, especializada en trasladar “paquetes” por mar, sean cuales sean estos, se ve envuelta en una conspiración para asesinar al jefe de la mafia china en Roanapur, la ciudad tailandesa ficticia donde operan. Esta red de conspiración también está diseñada para acabar con la reputación de Balalaika, la líder de la sección tailandesa de la mafia rusa. Ambos líderes tienen excelentes relaciones con la Lagoon Company, por lo que este lío solo los compromete ya que son acusados de formar parte de él.

Lo que veo especial de esa novela se basa principalmente en dos aspectos: la prosa de Urobuchi y su manejo de las temáticas de honor y compromiso. En cuanto a su prosa, es hermosa. Para ser una novela donde mafia, drogas, prostitución y múltiples asesinatos están envueltos, Urobuchi sabe manejar todo de manera muy poética. Sin embargo, y esto vuelve la novela aún más especial, es su narrador (o narradores, según como se vea). Aunque la perspectiva de la obra es en tercera persona, dependiendo del personaje o los personajes en los que se esté enfocando, el narrador es diferente. Puede pasar de un narrador salvaje, informal y hasta grosero, a uno muy relajado, detallista y poético, hasta a uno psicodélico bajo los efectos alucinógenos y poco confiables de alguien drogado. Esto ayuda a conectar con las acciones y los personajes mucho más efectivamente. El narrador, por consiguiente, no es imparcial. Sus opiniones y manera de describir los eventos dependerá siempre de quien o quienes estén protagonizando la escena en cuestión.

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Lo anterior nos lleva a un hecho muy Gen Urobuchi, y es la ambigüedad moral. Ya sea en sus novelas o guiones, es común que los personajes, sin importar que tan justos parezcan, no logren encajar en modelos tan básicos del bien o el mal. Cuando se trata de Urobuchi, uno de sus temas clave es que el mundo no está limitado a situaciones blancas y negras, sino a infinidad de grises y circunstancias. El cambio de narrador ayuda a dar fuerza a esta idea. Nos hace ver diferentes perspectivas para no estar parcializados hacia algún personaje en particular. En especial en esta novela donde todos los involucrados son criminales.

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Un aspecto fuerte, como mencioné es el manejo de las temáticas de honor y compromiso. Los personajes, criminales, héroes de guerra, drogadictos, pervertidos, todos de alguna manera están conectados por el honor. Todos, sin importar cuan enfermizos sean, tienen o logran eventualmente alcanzar un nivel de honor que hace que el lector se identifique con ellos fácilmente – y vuelve más duro el tener una opinión absoluta sobre los personajes.

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El argumento en sí mismo atrapa y no te suelta. Conspiraciones, mafia, momentos tensos de acción. El misterio de cual es el plan de este grupo que desea crear caos y confusión entre las mafias china y rusa, todo ello envuelve esta intriga vuelta novela. Sin embargo, el plato fuerte son la ejecución y la forma. La prosa tiene momentos tan hermosos, los personajes son tan únicos y bien desarrollados, el narrador se adapta tan bien a cada situación. Todo ello hace de esta una novela que va más allá de la acción que caracteriza la serie de anime. Recomendado para quienes quieren una lectura altamente satisfactoria en términos de profundidad pero que sea a su vez divertida y desenfrenada.

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