Frank Castle y la cabra

En el sexto episodio de la primera temporada de The Punisher (Netflix, 2017) “The Judas Goat”, Frank Castle (Jon Bernthal) se encuentra gravemente herido después de combatir contra agentes enviados por William Rawlins (Paul Schulze) a matar a Gunner Henderson (Jeb Kreager), un veterano que sirvió con Frank en Afganistán, en una operación militar encubierta llamada “Cerberus”.

En dicha misión, los cuerpos de los soldados estadounidenses caídos en combate eran utilizados para transportar droga, y así llevarla hasta suelo americano; Henderson descubrió esto y grabó un video donde el equipo de Cerberus está torturando a un policía afgano que está siendo interrogado como terrorista (sin conocimiento por parte de los soldados) para finalmente matarlo.

Esto dio pie a una serie de acontecimientos que llevarían a la masacre de la familia de Frank Castle en Central Park, el nacimiento de The Punisher, y finalmente al estado agónico de nuestro protagonista en este episodio.

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Curtis Hoyle (Jason R. Moore), veterano médico de guerra y gran amigo de Frank, cura sus heridas y luego reflexiona sobre el estado de Castle en su reunión con otros veteranos. Cuenta la historia de una cabra a la que llamó Cassius (y usa “G.O.A.T” en un juego de palabras; estas siglas en inglés significan “El más grandioso de todos los tiempos” -Greatest of All Time- y a la vez la palabra “goat” significa cabra) que le dieron en el ejército. La hacían explotar, la herían y la torturaban para que los médicos de guerra pudieran realizar su trabajo bajo condiciones extremas: debían salvar a la cabra una y otra vez.

“¿Qué clase de vida es esa?”, reflexiona Hoyle, “Pasar por todo eso sólo para que te curen y volver hacerlo todo de nuevo. Si continúas haciéndolo terminarás muriendo. ¿Cómo somos diferentes a esa cabra?”. La cabra se convierte en una clara alegoría a Frank Castle y su constante lucha, en la que se ha encontrado muchas veces al borde de la muerte, para volver a levantarse y seguir su camino de venganza.

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Frank Castle es un fantasma combatiendo fantasmas. Su única motivación, asesinar a todas las personas involucradas con la masacre de su familia, es el motor que lo mueve a pesar de los golpes y las heridas mortales. El temor de Frank no es morir sino continuar viviendo mientras las personas que merezcan castigo sigan caminando por las calles.

Los demonios de Frank se manifiestan a través de sueños recurrentes en los que soldados vestidos como el equipo Cerberus matan a sus seres queridos, y él es incapaz de protegerlos. También se presentan en sus recuerdos y en sus remordimientos: cuando disciplinaba a su hijo menor de forma severa, o al admitir que prefería estar en alguna guerra que con su familia cuando estaban vivos. La guerra de Frank también es consigo mismo.

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Aunque Curtis nos presente a Frank como su cabra Cassius a través de una metáfora, no es él la única cabra a la que alude el título del capítulo. Las cabras de Judas son aquellas que se encargan de dirigir el rebaño hacia el matadero, por los que lleva a todos a su muerte segura, mientras esta cabra es dejada con vida.

Este es el papel de Billy Russo, mejor amigo de Frank, quien se encuentra con él en este episodio y le ofrece ayuda, asegurándole que quiere sacarlo del país, otorgarle una nueva identidad y un trabajo. Frank lo piensa, pero finalmente lo rechaza.

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Al final del episodio, Billy se encuentra esperándolo y le comunica a William Rawlins que Frank no se presentará. Se nos expone el traidor, la verdadera cabra de Judas que llevaría a su “hermano” al matadero.

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