Estimados amigos, tengan todos muy buenos días. El post de hoy va dedicado especialmente a dos comunidades que hacen vida aquí en Steemit: @equipocardumen y @reveur, porque considero que han dado ejemplo de emprendimiento sano y solidario, desde la dinámica que se construyen internamente entre sus miembros, hasta el eco que proyectan en relación a sus políticas de funcionamiento. Mis estimados compañeros de viaje y soñadores, ayúdenme a difundir este mensaje. Lo recaudado irá hacia ambas cuentas.

Fuente

Estamos rodeados de señales que nos aconsejan competir. Si te has fijado bien a las personas que realizan un trabajo con un desempeño alto les dicen competentes. No obstante, la competencia lleva implícita una realidad: el resultado es que hay perdedores y ganadores.

Observa que existe poco o ningún cuestionamiento ante la competencia; por el contrario, se toma como un hecho natural. El que pierde, se debe ajustar a lo que se le imponen y se considera un hecho que no debe ser (ni es) cuestionado.

Los costos.

De entrada, competir supone una confrontación: psicológica, física, intelectual o de cualquier orden. Lo cierto es que cuando competimos, inevitablemente el otro cae en el terreno de ser tu oponente o tu rival. Además, uno de los principios de la competencia es que hay que demostrar que se es mejor que el otro.

Nuestra cultura anima toda esta lógica. Sólo observa que en cualquier ámbito, laboral o educativo, por ejemplo, cuando logras alcanzar una habilidad o destreza se indica que “lograste una competencia”.

Si nos enfocamos en el ámbito laboral, a los trabajadores se les sugieren metas cual carrera de obstáculos, donde ganan los más fuertes y competitivos.

Fuente

¿Qué es lo que nadie pone en evidencia?

Cuando compites debes asumir dos aristas: normas de condicionamiento y un evaluador.

Pero, ¿quién evalúa?

Una representación del poder: jurado, profesor, maestro, árbitro o instancia que define cuáles son las referencias o indicadores que debes alcanzar para que se te califique como ganador.

Hay algo importante…

Estas figuras que representan el poder generalmente no son las mejores. Sus decisiones pueden derivar de caprichos, carencias, proyecciones neuróticas o perspectivas distorsionadas. Por ejemplo, un superior puede decidir un ascenso de un empleado porque éste lo adula y no porque sea el más comprometido y preparado para ejercer el cargo propuesto.

El costo de someterse a esta realidad es de criterio propio, cada quien es libre de aceptar, y bajo qué condiciones aceptar, una situación con estas características. Es decir, aquí priva el respeto que sientas por ti.

La competencia y la cooperación.

Esta sociedad tiene exactamente determinado quiénes son los que pueden alcanzar el éxito. Veamos algunos atributos que debe tener la persona para sobrevivir a este estilo de vida: informado, seguro de sí mismo, inteligentes, rápido para pensar, tomar decisiones y ponerse siempre al frente, ir de primero.

Ah, pero es que no todos son así: tan intelectuales, socialmente hábiles, seguros y rápidos para alcanzar las anheladas metas impuestas por las relaciones de poder y competencia. Pero a los ganadores, a los que se someten a este esquema de exigencias, a los que privilegian este modelo, no se les ocurre cuestionarlo.

Los perdedores, sin embargo, tienen otras perspectivas de la misma situación porque deben someterse a un alto grado de estrés, frustración y angustia para ajustarse a las demandas de los otros, a lo que de él se espera.

fuente

Dejo estas ideas hasta aquí… y ahora les hableré sobre Piaget.

Pedagogo y psicólogo suizo, trabajó profundamente el desarrollo de la moral a partir de sus bases primarias: con los niños. Sus conclusiones fueron por demás interesantes ya que determinó que la inteligencia (constructo que también trabajó en profundidad) está relacionada genuinamente con la ética.

¿Qué les parece?

Para este célebre psicólogo mientras más desarrollo hay en el área intelectual, más desarrollo ético tiene la persona.

Pero continúa…

La ética descansa sobre dos grandes pilares, sobre dos universales valores: la cooperación y la justicia.

Y aquí unimos los caminos…

Perder o ganar no es una realidad sujeta a lo individual; sino a lo colectivo. Por lo que perder o ganar, socialmente no hace referencia a confrontaciones individuales; sino a la consecución de propósitos que beneficien a un colectivo.

Lo obvio.

Lo que este tema también hace evidente, sin mayor esfuerzo de resaltarlo, es que hay tensión cuando se habla de bienestar colectivo y bienestar individual. Es decir, constantemente hay un conflicto entre el narcicismo y el bienestar colectivo; entre las relaciones basadas en el poder y la ética.

Fuente

Aclarando más el panorama.

En el libro “El Principito”, de Saint-Exupér, hay suficientes ejemplos que nos permiten comprender las dos ideas principales sobre las cuales reposa este post: cooperación/competencia y lo que explica Piaget sobre el desarrollo moral y su vinculación con estas dos tendencias.

Los adultos están todo el tiempo relacionándose con el medio ambiente y con las personas a través de cantidades y números: cuánto tienes, cuánto ganas. Sin embargo, los niños tienen la capacidad de sentir y estar con el otro: disfrutar una comida, la compañía, una flor, jugar, imaginar. Es decir, ellos disfrutan del proceso de…; pero no están pendientes del fin o de la finalidad de… No median sus relaciones con objetivos competitivos.

A través de su obra, este autor explicita una diferencia entre la competitividad y la cooperación, y es en esta diferencia que podemos decidir por dónde queremos transitar.

Partiendo de este hecho, ganadores y perdedores, ¿qué tenemos en Steemit?

Una red social de carácter competitivo, donde se justifica, por ejemplo, que en 30 usuarios se concentre la misma riqueza que hay repartida en 80.000 o más. Una sociedad virtual con un férreo sistema transversado por una competencia desleal y despiadada del poder contra los que deben someterse bajo el régimen de la dominación, donde impera el sometimiento, el miedo a quedar fuera, el miedo a perder el voto, el miedo a expresar lo que se piensa.

Una sociedad virtual que te impela a actuar individualmente y no en colectivo. Te impela a pensar en tu ganancia y no en abonar una cuenta colectivamente. Te impela a que seas refractario al observar que otros, teniendo excelentes ideas, queden ignorados y en el olvido. Te impela a que te salves y tengas tu silla aunque otros quedan de pié, sólo como espectadores. Te impela a tapar la luz de los demás para que brille la tuya. Te impela a que te quedes impasible ante el poder que se sirve indecentemente de los talentos que brillan; pero que no tienen recursos económicos.

En definitiva, bajo este esquema de convivencia toleramos muchas injusticias.

Concluyendo…

Sobre este tema, tratar de dar respuestas finales o puntos de vistas estáticos sería atentar contra el orden natural y la evolución dinámica de los modelos y las relaciones en la sociedad. Sin embargo, debemos tener presente que éstas son susceptibles de ser modificadas.

¿Cómo podría darse, con un tono más cooperativo, la aproximación hacia esta sociedad virtual?

Tal vez no sea tan complicado como parece. Si trabajamos en nuestros esquemas sociales más básicos y advertimos que una sola persona no es capaz de abarcar todo el trabajo ni todas las ganancias, porque tanto la estructura como las necesidades sociales tienen un funcionamiento que se impone como natural y lógico: cooperación.

Hay que aprender a diferenciar lo anterior (lo que tenemos) de lo que se necesita (lo que queremos) una estructura más horizontal, menos jerárquica y vertical.

Fomentar esos valores que Piaget identificó en la infancia y que lo podríamos traducir para la vida adulta como: democracia, responsabilidad, sentido de comunidad, equidad y solidaridad.

Fuente

Tenemos tanto la oportunidad como las posibilidades y oportunidades de colocar en el centro el bienestar común; sin embargo elegimos colocar todo el tiempo los beneficios individuales y económicos por encima de la escala de valores. Lo cual es un claro ejemplo de lo que realmente somos allá afuera.

Piensa…comparte más y compite menos.

Piensa… lo que la competencia hace con nuestra vida y con nuestra salud.

Piensa… si todos ganamos, todos ganamos.