Esta vez la única promesa posible es pasarla bien, la reflexión obligatoria es ver el recorrido del reloj y acordarse cuántas veces le alegraste la vida a alguien más, lo ayudaste a crecer y cuántas otras se la cagaste. El resultado de esa cuenta será el demonio o el ángel de tu paz.

Sumar, avanzar, crecer, otro número más que escala, la vida da un nuevo paso. Frescas marcas, diferentes cicatrices, más conciencia para que el tablero de ajedrez por donde caminas te lleve a la reina.

Lágrimas con muchas identidades, felicidad mestiza, suerte mulata y pese a ello, sonreír es el verbo que utilizo para prosperar.

Acá estoy, rango superior inmediato, cumpliendo la bitácora de la edad que llega, abrazando a un nuevo reflejo mío que viene a abrazarme, tras un viaje de 365 días por el folclore de las circunstancias de mi existencia.

Hoy cumplo años de vida, días de desfallecimiento, horas de trabajo, segundos de sacrificio y un siglo al revés que tiene otra frecuencia para almacenar daños y glorias en mis venas.

Voy por mucho más que eso, por lo que la vida me ponga y el año que viene les contaré, otra vez, que tan renovadas llegaron la esperanza y la reciprocidad.

Feliz Cumpleaños, yo...

_{Nikon D5200 || 35 mm}