El hombre en su curiosidad ha generado un cúmulo gigantesco de conocimientos, que le ha ayudado a explicar y dar sentido a todo lo que le rodea. Entonces podemos asegurar que -desde el inicio de su paso por la Tierra- ha descubierto, creado y puesto en marcha procesos y procedimientos que hoy, incluso, utiliza para sus beneficios como especie.

Y es que desde sus principios ¡Ha hecho ciencia! Pues su transitar por la naturaleza, lo ha llevado a comprenderla e incluso imitarla. Esto quiere decir que la ciencia no está limitada sólo a los científicos que -a diario- observamos en diferentes instituciones realizando y publicando trabajos de investigación, pues desde nuestras acciones ¡Todos somos ciencia!

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Esta ciencia, ha respondido a las necesidades de épocas e historias, y un ejemplo de ello, lo constituye el hecho que si, en algún momento, la prioridad estaba en crear tecnología espacial, hacia esa dirección apuntaban todos los currículos educativos, quienes buscaban la consolidación del hombre creador.

De esta manera han surgido diversas disciplinas -de una manera u otra- que han mejorado nuestra calidad o nivel de vida; sin embargo, se han generado también descubrimientos, invenciones, prácticas o procedimientos que también han colocado en riesgo la existencia del planeta entero.

Nos decía Michio Kaku:

Imagen editada

Una Ciencia con Consciencia

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Algunos pensadores acompañan a Michio Kaku en sus planteamientos, tanto así que nos alertan sobre la necesidad de una ciencia de la ciencia, que analice y la dirija hacia la autorreflexión sus alcances y logros. Bien lo dice Edgar Morín, cuando desde el paradigma de la complejidad nos llama hacia una continua evaluación disciplinar, que permita considerar el cómo y para qué estamos utilizando los grandes conocimientos científicos alcanzados.

La bomba atómica

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Descubrir los procesos de fisión nuclear en el año 1933 sin lugar a dudas fue una revolución científica, y tal como lo planteaba Leó Szilárd con el descubrimiento del neutrón, existía la posibilidad de generar altas cantidades de energía mediante una cadena de reacciones neutrónicas. Esto lo llevó a patentar la primera bomba atómica. Este descubrimiento era tan poderoso que, fue declarado un tema secreto por muchos países que participaron en la segunda guerra mundial.

De esta manera, y según datos históricos, las nubes radiactivas en Hiroshima generadas por el primer bombardeo nuclear no dejan de recordarse, pues los efectos fueron devastadores.

Esta situación nos llama a la reflexión, debido a que son descubrimientos y avances que sin lugar a dudas se han usado para destruir, no sólo edificaciones, aviones o vidas humanas sino también, todo lo que este tipo de reacción puede llevarse a su paso: miles de años de evolución planetaria.

En casos como estos, cabe preguntarnos ¿Estamos haciendo ciencia con consciencia realmente?

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Cada 10 de noviembre la UNESCO busca promover la inclusión de la sociedad en los avances científicos ¡Los logros no pueden ser escondidos! Y el conocimiento científico debe ser dirigido hacia la búsqueda de la paz y el desarrollo sustentable.

De esta manera, se busca crear una sociedad que, consciente de los avances científicos, promueva su participación en la búsqueda de nuevos desafíos e investigaciones que le permitan convivir en armonía con su entorno. El utilizar el conocimiento científico de una manera ética y responsable, en pro de cada ser vivo del planeta, nos ayuda a entender la necesidad de generar una ciencia desde todos y para todos.

Este 2019 buscamos una ciencia para todos

Fuente

Tal como lo plantea el website de la Organización de las Naciones Unidas (2019)

“Hagamos que la ciencia abierta sea una realidad, que se convierta en la herramienta que haga que la ciencia sea más accesible, el proceso científico más inclusivo y los resultados científicos más cercanos y disponibles para todos”

La lucha es por una ciencia consciente de sí misma, con valores éticos fortalecidos y que realmente contribuya con la búsqueda de la armonía planetaria ¡Es el momento!

Referencias

Morín, E. (2005). Introducción al pensamiento complejo. España: Editorial Gedisa.
ONU- 2019
Armas nucleares

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