Primero salimos a un sitio que quedaba en el bulevar cerca del san fernandote (así le decimos a una estatua que está allá) el cual era una panadería que no le vi el nombre, justo cuando llegamos se le bajó el asiento de golpe a la bici de Daniel (donde yo iba) y entramos al sitio. Alli un niño no tan niño nos echó con un espray el agua con chispitas de desinfectante para protegerse del coronavirus, digo el agua porque eso lo diluyen y lo rinden como no tienes idea diario, que apenitas se le siente lo especito del desinfectante, pero apenítas en el fondo.

Mi papá pidió seis tequeños mientras Daniel y yo veíamos las tortas, quesadillas y cosas que había en el mostrador, luego mi papá pagó y nos dijo que agarremos uno, Daniel dijo que son bien gruesos estos tequeños, y tenía razón. Entonces me comí un tequeño mientras mi papá le subía el asiento a la bici, luego nos regresamos para la casa. En la casa le entregamos los otros tequeños a mi mamá para que le diera a mi abuelo y a Daviel y obviamente coma ella. Mi papá le apretó bien duro el asiento a la bici de Daniel porque cuando entramos a la casa se había vuelto a bajar, volvimos a salir.

Entonces nos fuimos metiditos por el tamarindo (un barrio) y pasamos por la escuela donde yo estudié y donde Daniel estudia y luego por el preescolar donde Daniel estudió y luego seguimos derechito por una subidita que aunque era leve cansaba bastante y luego de la subidita venía una gran bajada que fue suavecita y luego cruzamos a la izquierda y seguimos derechito por la avenida María Nieves de la chilindrina y llegamos a un sitio que tiene techito y es como un estacionamiento pero sigue siendo calle. Entonces entraron mi papá y Daniel a una bodega y yo me quedé cuidando las bicis.

Cuando mi papá y Daniel volvieron trajeron varios frascos de mayonesa para panchitas burguers y volvimos a partir, nos devolvimos por una parte donde vinimos y cruzamos a la izquierda, seguimos por allí y llegamos a mercatradona, cruzamos la calle, fuimos con mucho cuidado pegaditos de la acera y y bajamos por la entrada, luego estacionamos las bicicletas y se las dejamos a un señor vigilante.

Entramos y nos echaron un líquido en las manos mucho más espeso, este si desinfecta, me derritió las manos. Compramos arroz, carne, lechuga (para panchitas burguers) y no sé que más, luego pagamos, sí diario, pagamos y punto. Cuando salimos que mi papá le dio dinero al vigilante que cuidó las bicis, que mi papá se montó en la mía, que yo me monté en la de Daniel, que mi papá le dijo muchas gracias al vigilante, el caucho de atras estaba más espichado que un globo sin nudos, tuvimos que caminar desde mercatradona hasta la casa.

Fue un camino largo, pero llegamos, llegamos sanos y salvos. Todos sudaditos, pero llegamos, llegamos con los mandados hechos. Con dolor en las piernas, pero llegamos, llegamos firmes. Me caí con todo y bicicleta en una parte, pero llegamos, llegamos corriendo para tomar agua. Y desayunamos, pero desayunamos, desayunamos.

Cuando llegué empecé a hacer un dibujo de un caballero, primero, hice la forma, luego la redondeé y luego le dí más detalles como degradado, y bueno, degradado.

Luego, hice en el programa paint tool sai, el dibujo del caballero recien hecho en hoja reciclable, ya que el anterior, era como un boceto, para guiarme, entonces, con la hoja en mano, me puse a dibujar con el limework en curva, el borde de todo el muñeco.

Luego, le hice la mano con la que sostiene el cuchillo, luego le dí detalles al cuchillo, después de eso de di detalles al casco y a la línea que separa el chaleco de los pantalones. Le dí color entonces a varias partes que fueron el cuchillo y la pechera. Lo dejé hasta ahí para terminarlo otro día.

Más tarde, mi papá me llamó para el porche para que viera algo bastante inusual, qué será diario, adivina, que si adivinas te doy... una moneda, te doy una moneda si adivinas, ¿adivinaste? ¿no? pues te digo, lo inusual era una tarjeta madre chiquitica, pero chiquirriquitiquitica, una tarjeta madre cuchi. Un señor no tan señor, mejor dicho un chamo amigo de mi papá, vende una tarjeta madre muy pequeña, con todo y procesador, yo le dije a mi papa que debe ser obsoleta, pero el me dijo que no tanto, me dijo que usa memoria ram dim ddr3, como la de nuestra computadora. El chamo la está vendiendo en 35 dólares, o puede negociar en 30, a mi me encantó esa tarjeta madre pequeña, y me propuse la meta de comprármela, y armarla, comprarle las partes poco a poco, lo que necesito con urgencia si la quiero activar ya y tener a la canaima y a esa funcionales al mismo tiempo, es teclado, fuente de poder, y una memoria ram, con eso estoy hecho. El procesador ya lo trae, y, con el monitor, bueno, yo soluciono eso, por aquí tengo uno de esos viejos de los culones con un problemita eléctrico, pero, no importa, porque no sé, pero creo que de algún lado sale la solución a eso. Esto fue todo por hoy, mañana te traigo más aventuras.