Todos los días fueron maravillosos, nunca nada malo nos sucedió, incluso al salir de Valencia habían dos tanquetas de la Guardia Nacional esperando a un grupo de la Resistencia que se encontraba cerca de nosotros, y sólo con ver que llegamos, éstas se retiraron.

Caminantes en Carabobo

A pesar de lo confiados que nos llegamos a sentir, el noveno día sucedió por primera y única vez un evento que nos aterró a todos. Fue el momento en que llegamos al Túnel de la Cabrera, por el cual se atraviesa del estado Carabobo al estado Aragua, a eso de las 5pm. Cuando llegamos había una gran cantidad de Guardias esperándonos, y a pesar de habernos asustado un poco, no les prestamos mucha atención porque pensamos que no harían nada.

Para atravesar el túnel debíamos subir a los carros, y después de hacerlo, el carro de mi mamá -donde nos subimos una de mis dos hermanas y yo, junto a otros caminantes-, fue uno de los primeros y por tanto uno de los únicos 3 carros en pasar al otro lado del túnel, antes de que la Guardia cerrara el paso.

Por 2 horas estuvimos menos de 20 miembros de la caminata solos, rodeados de Guardias que trancaron el paso, sin saber qué estaba pasando con los casi 100 caminantes que no pudieron pasar el túnel, a excepción de un momento en que pasaron dos carros pidiendo auxilio porque no podían respirar, a causa de las lacrimógenas que le habían lanzado a todos.

Represión en el túnel (Carabobo)

Al final se hizo de noche y casi no habíamos tenido comunicación con el resto del grupo, no habían podido atravesar, mi mamá sin saber de mi otra hermana y el cansancio acumulado de todos los días anteriores pareció habernos caído encima a todos, junto al palo de agua que cayó esa noche en Maracay.

Mi lado del túnel (Aragua)

Durante el resto de la noche y la mañana, el resto de los caminantes pudieron pasar por el túnel en carros de la sociedad civil, gracias a Dios nadie salió herido. Nosotras nos encontramos con mi otra hermana a eso de las 10pm y apenas a la 1am fue que conseguimos donde pasar la noche (puesto que tan tarde y después de tanto estrés, no íbamos a regresar), y así, después de tantas hermosas experiencias vividas en esos días y una sola mala, a la mañana siguiente mi madre decidió que no iba a llevarnos más, y debido a lo lejos, ya se nos haría imposible conseguir volver por cualquier otro medio de transporte gratuito.

Esa mañana me reuní con mi equipo, les comenté sobre la decisión tomada y me despedí de ellos deseándoles lo mejor y sintiendo una enorme nostalgia y envidia, caminé un rato junto a ellos hasta llegar al peaje de la salida de Maracay, donde entré con mis hermanas al carro y dimos vuelta atrás mientras los caminantes siguieron adelante.

Mi hermana y yo

Los caminantes llegaron esa noche a La Victoria (Edo. Aragua), y tardaron unos 3 días más en llegar a Caracas: el onceavo día llegaron a Los Teques (Edo. Miranda), después el doceavo a San Antonio de los Altos (Edo. Miranda), y el décimo tercer día de la caminata, por fin los caminantes de Barquisimeto fueron recibidos en la gran Ciudad Universitaria de nuestra capital, Caracas.

Recibimiento de mi equipo por parte de la rectora de la UCV

A pesar de yo no haber vivido al 100% la experiencia, para mí sigue siendo una de las más impactantes y hermosas que he tenido, y sin duda alguna lo volvería a hacer si fuera necesario, aunque espero que si llego a tomar de nuevo ese viaje, sea cuando mi hermosa Venezuela sea libre y haya desarrollado por fin la potencia como país desarrollado que lleva por dentro, y el recorrido sea sólo para aprender a conocer y amar más a Venezuela.

Con Juan, mi último día en la caminata

Gracias a toda la comunidad de Steemit por permitirme publicar, y por haber leído este largo relato, que aunque pueda ser demasiado, para mí lleva un gran significado en cada palabra. ¡Espero que haya sido de su agrado! Y esta serie está especialmente dedicada a todos los venezolanos que hoy me leen, que luchan por la libertad de nuestro país, y que confían en que pronto volveremos a surgir como nación. ¡Que viva Venezuela!