El ya había perdido la cuenta de cuantas veces había enrollado sus problemas, el fino tacto del humo, el amor que le hacia a su garganta y el color de sus ojos cambiaba, su mirada se tornaba posesiva, con un cierto vació erróneo que no entendía y del cual le era imposible huir, la cabeza le daba vueltas, esa realidad se borraba, no estaba solo, el hecho de seguir luchando por un mundo diferente lo llevo a conocerla a ella, la hermosa mujer de su vida que siempre lo mantendrá aquí, pero en cambio, en esa fría noche, la batalla no pedía invitados. El hecho de querer conseguir salir de lo cual el pensaba que estaba errado, lo capturo, y allí se detuvo todo. Capto su reflejo cansado en el espejo, observo con tiempo y detallo todo su cuerpo, afirmo con un leve gesto que sus muñecas dejaron de pedir auxilio hace tanto tiempo, mientras que empezaron a abrirse y escaparse sangre y demonios, quienes cerraban sus ojos, el cansancio se apodero de su cansada mirada, el reflejo en el espejo se tornaba mas bizarro y fuera de la realidad con el paso de los segundos, aunque el pánico y la curiosidad no faltaban, su cuerpo se rendía mucho mas que eso, le era imposible moverse.

-Hasta trepar parece innecesario, un malgasto de cuerpo y mente, decían fuertemente golpeándolo sus pensamientos, y con una extraña razon entre sus labios consiguió negarse a la idea de renunciar.

Sus manos envejecían como su corazon, su mente le jugaba trucos y empujaba todo a su fin, en ese preciso momento, cuando se entregaba a el nirvana que finge sentir en los peores capítulos de su vida, levanto sus ojos, contemplo muy aturdido, su reflejo y como se llenaba de ramas oscuras y pútridas, que con mucha fuerza atrapaban su cuerpo, retorcían su cuello, ataban sus manos y atravesaban su piel, el horror de no comprender lo hizo preguntarse ¿Porque tiene que terminar todo así? La idea de un viaje precoz era algo que no podría haber considerado antes. Mientras se lo preguntaba, agonizante y sin remedio, lleno de pánico y entre miradas logro visualizar desesperado a un pequeño niño, el arrancaba las ramas rápidamente como si su vida dependiera de ello, su mirada era decidida, inocente, pura y tan transparente como el agua, rápidamente y con una cierta dificultad para pronunciar algunas palabras repitió gritando.

-Ttu tu tu no acabas aquí. Su voz se dispersaba junto con esa perversa y bizarra imagen del espejo, el reflejo solo iluminado con una cálida luz amarilla un poco lejana, alcanzo para ver quien era ese niño, era el.

Fue accidental y por actos reflejos que lo obligo a hacer un lento parpadeo, y así asegura que esa imagen era su niñez, ese niño suplicando vivir mas, anhelando conocer como es ser derrotado y seguir levantándote después de eso.

-No podría dejar que arruinaras todo, de nuevo, dijo el pequeño niño con voz muy firme, mientras volteaba a mirar la oscuridad de su espalda que temblaba, nerviosa, escalofriante, enfermiza y amenazante, que con suavidad intentaba acercarse a el valiente e inocente niño, y el le respondió a su movimiento.

-No habrá manera en que vuelvas, mientras sonreía con picardia y se alejaba distante aclarándole a la terrible oscuridad, que solo tomaba una orgullosa una desconfiada retirada.

Despertó de la horrible pesadilla que creía vivir, lo hizo, por un pasado que quiere dejar de ser horrible para el, y lo hizo, por un futuro de luz e incierto que seduce a la vida a correr por un camino seguro alejándose de la oscuridad, bajo la mirada, mientras las lagrimas estallaban deslizándose por su rostro, el clima solo se sentía mas liviano, el aire dejo de ser pesado y abrumador. Cuando levantó la cabeza, sus cicatrices solo eran eso, cicatrices de viejas heridas ya olvidadas, aunque seguía con los ojos rojos, pero no era de una mala manera, un fino calor acariciaba sus mejillas y brazos, mientras que allí en esa bella noche, no volvió a existir mas, un lugar para la oscuridad.

Al voltear la mirada, escapando de la infelicidad, solo encontró un hermoso Amanecer…