Hace varios días una de mis compañeras de trabajo, @erikabriceno, me comentó que estaba buscando una medicina para su niña de seis años, quien necesitaba Budesonida para tratar un cuadro respiratorio.

Ese día Erika me escribe –yo no había podido ir a la oficina por un fuerte cuadro gripal- y me dice que por favor le ayude a buscar la medicina. Como en ese instante estaba frente a mi computadora, pongo en el buscador de Twitter: Budesonida y, como era de esperarse, salieron varios usuarios de la red que también están en búsqueda de ese tratamiento.

Pero, uno de las usuarias tenía varios tuits donde indicaba que no solo tenía ese medicamento sino también otros y que no enviaba información por mensajes de texto. Procedí a llamarla y preguntar cómo era el procedimiento para obtener el Budesonida.

¡La conversación duró 18 minutos! Sí, así como lo leen.

Yo: “Buenas tardes por favor con @aquarela” (tuve que preguntar por su nombre de usuario porque en su perfil en Twitter, no tiene el nombre).

Aquarela: Sí, soy yo. Dígame.

Yo: Disculpe, estoy llamando para saber el costo de la de Budesonida.

Aquí empezó la historia…

Aquarela: “Ay, mira, eso es una larga historia. Fíjate, muchas personas me han llamado por lo mismo pero yo tengo que confesarte la verdad. Ese tratamiento lo usaba mi mamá. Ella murió en julio del año pasado. No solamente tengo ese medicamento sino otros más que dejó mi mamá, ¿qué pasa? Que ese Budesonida me costó muy caro. Un amigo que venía de España me hizo el favor de traerlos -porque mandé a comprar dos- y cada uno me costó 15 euros, mi mamá solo usó uno. No lo puedo donar. Sé que hay mucha gente necesitando pero eso me costó dinero, mucho dinero. ¿Cómo lo voy a regalar? Mira, yo también necesito medicinas… yo preferiría canjearlo por los medicamentos que yo tomo, o venderlo, es que ni sé realmente qué precio ponerle… ¿me entiendes?”

Yo: Sí, claro, le entiendo.

Aquarela: “Por ejemplo, se me ocurre, venderlo en 10 dólares, ¡es que me costaron 15 euros cada uno! (esto me lo repitió no menos de 7 veces), o lo vendo en dólares o lo cambio no sé será por uno o dos bultos de Harina Pan. No sé, pero no lo puedo regalar. ¿Sabes por qué? Porque yo vendí mi cocina casi que a precio regalado para poder costear el tratamiento de mi mamá. Si yo hice ese esfuerzo, ¿por qué otros no? Yo me eché la enfermedad de mi mamá sobre mis hombros, fueron tres largos años y el último año fue peor. Yo solita, porque ni siquiera conté con la ayuda de mis dos hermanos."

Yo: Entiendo lo que me cuenta, aquí las medicinas están muy costosas…

Aquarela: “Demasiado, amiga. Mira, hasta pañales quedaron que usó mi mamá y estoy vendiendo los pañales detallados a 180 mil. Todo está demasiado costoso. Medicinas que pasan del millón de bolívares y este gobierno cada vez lo hace peor.

En ese instante, Nicolás Maduro estaba inscribiendo su candidatura a la Presidencia de la República (como estaba en mi casa, lo vi por TV), le hago el comentario a la señora y me dice:

“No sé cómo hay gente que todavía sigue creyendo en ese hombre que tanto daño ha hecho. Esta situación es terrible, amiga. Si yo tuviese menos edad, me fuera del país. Pero soy jubilada y abogada, ¿qué voy a hacer en otro lado con esta profesión? ¡Nada! Me toca morirme aquí. Y todos no tenemos esa posibilidad de irnos de Venezuela”, dijo.

Para cerrar esa conversación entre “buenas amigas que nunca se han visto la cara”, le comenté que también me encontraba tomando un tratamiento y que el año pasado tuve que cambiar un kilo de arroz por una cajita de Euthyrox (vencidas) y la señora me dijo que tiene una amiga que casualmente posee este tratamiento hormonal y que me daría su número para ponerme en contacto con ella.

Y así lo hizo. Al cabo de unos minutos me llegó el mensaje de texto con el número de su amiga para que me pusiera en contacto con ella.

Al final, el Budesonida, @erikabriceno lo consiguió a través de una donación ¡Gracias a Dios! porque en algunas farmacias el costo era de 3 millones de bolívares, algo sumamente elevado.

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Texto por: Lenys Carolina M. N. /@lenyscarolina