La palabra dignidad ha sido mencionada desde hace siglos, siempre se habla que todo ser humanos debe sentir y hacer valer el respeto que merece, pero es posible que se valore esta palabra o será qué la dignidad ha sido tomada como un simple capricho en la sociedad, cuando observamos a nuestro alrededor notamos que existen personas que utilizan la dignidad para su conveniencia y otras que han olvidado la importancia de esta cualidad en sus vidas, ya que, a menudo se visualiza a hombres que se hacen indignos porque pisotean la dignidad de otra persona en el instante que no respetan el derecho de un tercero porque desean sobre cualquier fuerza la razón, destruyendo la libertad y los valores de ese ser humano.

De igual manera, encontramos hombres que se hacen indignos porque no han descubierto la dignidad que tienen ellos, es decir, el valor que tienen como seres humanos para ser aceptados en una sociedad y en ocasiones no son capaces de aceptarse a sí mismos, ni encontrar que un tercero los ame. Podríamos decir, que son los mártires de la existencia humana, ya que si ellos mismo no se aceptan y respetan jamás harán valer su derecho como personas.

Pero, ¿esta cualidad es necesaria en el hombre o es un mero caprichoso impuesto por una sociedad?, la respuesta conlleva a que nos adentremos en la sociedad modernizada en donde hace apenas unas décadas empezó a ser importante el maltrato hacia terceros, porque seamos honestos cuando nuestros antepasados maltrataban a sus esclavos no le tomaban importancia, pero que hubiese ocurrido si en aquel siglo esos “esclavos” no hubiesen sentido que ellos también son personas y valen tanto como cualquiera, señores aun estuviésemos sumergidos en una sociedad donde la diferencia de un color de piel nos controlaría.

Sin embargo, actualmente no existen esclavos, pero si existe la falta de dignidad en algunas personas que son cada día manipuladas por aquellas personas privilegiadas que solo porque tienen un poder pretenden con “buenas palabras, gestos altruistas” buscar el enriquecimiento personal, pero si como personas apreciáramos la palabra dignidad estaríamos enfrente de un desenvolvimiento máximo jerárquico de las cualidades, sin perder tiempo en veleidades de apetencias inconstantes, afirmando siempre que el hombre es un fin a sí mismo y no un medio.

Es por eso, que te invito a que busques la dignidad, ya que ella da el vigor, educa el corazón, será el pedestal de voluntad, alentándote siempre a lo positivo, siendo optimista, justo con los otros y movido por convicción personal y no bajo presiones de terceros.

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