Critica a In Utero

in #spanish7 years ago

Al igual que el "Undertow" de Tool, "In Utero" es un clásico de aquella era. Con Nirvana, mi relación es curiosa; típico grupo que de golpe te encuentras hasta en la sopa, cuyas canciones comienzas a escuchar en todas partes, y lo peor de todo: que recibe alabanzas desmesuradas de individuos que sabes no tienen ni pajolera idea de qué va esto del Rock. Ese fue mi primer contacto con el trio más famoso de Seattle, los días de "Nevermind", un trabajo que siempre veré con un poso de recelo por esos, seguramente tontos, motivos.
A partir de 1992, era imposible evadirse de la presencia de las bandas procedentes de aquella lluviosa ciudad del noroeste, limítrofe con Canadá. Los grupos grunge irrumpieron con tal fuerza, abrieron tal boquete en la escena, que por él entraron otros movimientos como la Fusión, el Rock Industrial y las Riot Grrrl bands, y el Rap Gangster y el Rock Alternativo, existentes desde antes de que Cobain, Novoselic y Grohl publicaran una sola nota, hallaron una aceptación insospechada cuando desde mitad de los 80 grababan y autoeditaban su música casi en clandestinidad. De pronto, un tipo como el difunto Eazy E, de N.W.A., podía admitir públicamente que había financiado sus primeras maquetas vendiendo droga, y quedar como un campeón.
La importancia real de Nirvana y su influencia musical ha terminado siendo ninguneada, probablemente por muchos de los que les encumbraron hasta unos límites que el hipersensible Kurt Cobain no pudo soportar. Es cierto que en el Grunge despuntaron bandas como Soundgarden, Alice in Chains, y para muchos fans también Screaming Trees, cuyo legado artístico es superior, que Nirvana en realidad habían tomado elementos de otras bandas como The Pixies, The Replacements, algo de Sonic Youth..., pero lo que es indudable es que, conscientemente o no, se erigieron en la bandera, el emblema, la cabeza visible de un movimiento que revolucionó el negocio musical como no lo había hecho ningún otro desde la irrupción del Punk a finales de los 70.

Ocurre, como dijo Goethe, que cuando eres remate de campanario, los cuervos graznan a tu alrededor. Calmadas las aguas tras el revuelo que ocasionó "Nevermind", la banda se centró en la composición del siguiente disco, con Kurt Cobain emparejado con la femme fatale Courtney Love, creando un personaje, jugando una partida que se le fue de las manos. Frente a la imagen que se tenía de divos caprichosos como Axl Rose, entregados en cuerpo y alma al Rock&Roll Way of Life, adoptó esa actitud de antiestrella amargada, incómoda en su rol de líder generacional, lo cual no quita que tuviera sentido del humor. Precisamente en un encuentro con el vocalista de Guns n´Roses, la gata Courtney vaciló al iracundo Axl, y éste, ignorándola, se dirigió a Kurt con un "Díle a tu zorra que se calle", a lo que Kurt se volvió a su pareja con un "Cállate, zorra!", estallando ambos en una carcajada mientras al gunner se le hinchaban las venas del cabreo.
Mucho menos graciosa fue la costumbre que adquirieron de verse a si mismos como los nuevos Sid&Nancy, la pareja trágica del Punk. Se registraban en los hoteles como Mr y Mrs Simon Ritchie, el nombre real de Sid Vicious, y la droga fluía como si se tratara del cauce del Nilo. El entorno, encantado de difundir este tipo de rumores, comenzó a estrecharse, y a agobiar al rubio guitarrista. Tuvieron una hija, y el Departamento de Salud de Los Angeles consideró repetidas veces la posibilidad de retirarles la custodia del bebé, y a someter a pruebas a Courtney, quien presumiblemente habría continuado drogándose durante el embarazo. A su boda no acudió el bajista Chris Novoselic; sí Dave Grohl, que siempre ha transmitido esa imagen de tipo afable, pero era evidente que la situación estaba enrarecida.
Pues bien, en esas circunstancias crearon "In Utero", para mi su mejor trabajo, a lo largo de 1993. De entrada carecía de los bombazos inmediatos que habían hecho de su predecesor el vinilo más revolucionario de la década, pero refleja con precisión quirúrgica un estado de ánimo, el de una banda, el de un artista, agitado por las situaciones convulsas, que encuentra la manera adecuada para expresar su ira, sus neuras, fobias y talento a través de breves canciones, que no son ni mucho menos las mejores de una época, pero sí que se encuentran entre las más reales, descarnadas y sinceras.
Muy al gusto de aquellos tiempos, "In Utero" escapa de la linealidad, y nos permite escuchar tonadas marca de la casa llenas de ritmos grunge tremendamente atrayentes ("Serve the Servants", "Heart-Shaped Box", "Frances Farmer will have her revenge on Seattle", inspirada en la biografía de una actriz americana que impresionó a Cobain hasta el punto de llamar Frances a su hija), furiosas dentelladas hardcore ("Very Ape", "Tourette´s"), sangrantes arrebatos de rabia guitarrera y verbal ("Scentless Apprentice"), algún tema inclasificable tal vez algo forzado ("Milk It"), y, en especial, esos temas típicamente Nirvana, de melodías arrastradas y acordes muy envolventes, que Cobain parece cantar medio tumbado en el sofá, sin afeitarse y con eterno gesto de desdén, un cigarro en la boca y la mirada vidriosa ("Rape Me", "Dumb", "Pennyroyal Tea", "All Apologies", formidables las cuatro, y es que no hay muchos intérpretes que hayan sabido sacar tanto partido de la desgana como este hombre).
Publicaron el disco en septiembre del 93, casi a la par que el "Versus" de Pearl Jam, y el fatídico protagonista de nuestra historia se suicidó en abril del 94, dejando aquella nota con los versos de Neil Young, "mejor arder de una vez que consumirse lentamente".
Como un faro que atrayera las desgracias, Courtney vio poco después como Kristen Pfaff, la bajista de su banda, Hole, moría por sobredosis, y los carroñeros comenzaron a llamar a su puerta con el fin de publicar biografías, editar películas...Lo cierto es que aquel disparo dejó a una niña sin padre, a una banda sin líder, y a toda una escena, el Grunge, herida de muerte. Músicos como Layne Staley, Jerry Cantrell, Mark Lanegan...lo interpretaron como un aviso. Unos se bajaron a tiempo del tren fantasma. Otros no.
Nuno Bettencourt, el guitarrista de Extreme, padre reciente por aquel entonces, manifestó que si una hija pequeña no te ata lo suficientemente a la vida como para aguantar, es que tienes que estar muy enfermo. Cobain lo estaba. Había pasado más tiempo preocupado por la posible pérdida de custodia del bebé, que meciéndolo en sus brazos, y, fueran cuales fueran los errores que cometiera, pagó un precio muy elevado.
No vamos a poner enlaces, cualquier aficionado a la buena música conoce a Nirvana. Despidamos con la canción de Neil Young, y esas inmortales palabras. El rockero de Ontario, por cierto, le dedicó todo su siguiente álbum, "Sleep with Angels", a finales de 1994. Y Young no es de los que hace las cosas buscando el oportunismo.

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