SIERRA I - "AYAPAINA"
“Guerra avisada no mata soldado.”
- Refrán.
Aunque ciertamente, la vista de mi gente se posa en su totalidad en banalidades llenas de farándula, desborda de basura, cigarro y pistolas... Habemos quienes a pesar de la tormenta de problemas cotidianos, tenemos la voluntad y al mismo tiempo la dicha de poder posar la vista, el alma y el cuerpo en tan noble y santa tierra.
Navegar diariamente en la ciudad, ser parte de todo su sistema y de repente aparecer en un contexto y un entorno, abismalmente diferente; tiene sus consecuencias para cualquiera, en mi defensa debo atestiguar que esta es mi segunda visita a la "Sierra de Perijá" y a pesar de ello, el largo camino a través de las entrañas de una sección del planeta prácticamente virgen me dio una dosis de vida real brutalmente especial.
"El camino desde el pie de las montañas hasta nuestro destino de Ayapaina duro alrededor de 4.5 hrs a pies, acompañados de un mulo para la carga de bolsos"
Traducido al castellano Ayapaina significa "Lo más alto" y justo allí, en lo más alto nos emplazamos. Volvimos al mismo lugar en que cocinábamos en nuestra anterior visita en 2016, "María", una abuela de 20 nietos es nuestra puerta abierta en Ayapaina.
En esta parte de la Sierra habitan solo comunidades indígenas específicamente Yukpas que a decir verdad mis experiencias con ellos han sido realmente pacifica.
Debo admitir que no se bien como sintetizar toda la información que a mi mente llego en esta visita a Ayapaina. Ante todo una de las características de este paraíso es su inigualable clima en el que se cultiva casi cualquier cosa.
En esta ocasión el universo conspiro para que @armando33 y @giomelyg fuesen mis compañeros. Eso hizo que las sesiones de dibujo fluyeran de manera natural, nosotros los de afuera o como ellos nos nombran "Wuatias" no somos comunes en su cotidianidad, y eso hacia que nuestra presencia en el porche de la casa de María fuese casi una atracción para los niños.
En general, cada vez que nos acercamos a comunidades tan ajenas a nuestro sistema son los niños con los que más tenemos contacto y con los que más solemos tener empatía.
Gracias a esa empatía y esa cercanía con los pequeños de la comunidad, tuvimos la dicha de escuchar varias de sus canciones tradicionales que sin duda alguna, se quedaron tatuadas en mis entrañas.
La Sierra y sus horizontes llenos de cielo y nubes en movimiento constante, hacen que mi vida haga una pausa, un espacio sagrado, en el que me hace reflexionar cuan eficaz estoy siendo al arriar las ruedas de mi vida, por los largos y misterios caminos de la vida y la muerte.
Hay lugares en los que a veces me gustaría quedarme para siempre, en esta ocasión me paso con la sonrisa de una niña llamada "Michella" que sin duda alguna tuvo mi atención.
Tener el poder de poder entender a los otros, no es casualidad. La empatía con mi gente la traigo en las entrañas desde antes de hacerme materia y es de ese amor por la tierra y su gente que me abalando por estos años que transito y vivo.
El sabor de boca que me dejo la Sierra fue de anhelo; de querer derramar mi presencia en sus horizontes más seguido. Me voy sabiendo que volveré y que miss recuerdos me mantendrán tibio incluso en las noches oscuras.
PD: Todas las fotografías son de mi autoría y fueron capturadas a través de un celular con cámara de muy baja resolución
Noche de arepas a la leña
CREDITOS
Asistencia Gráfica: @giomelyg