Presentación personal ( con discurso social y relato) todo por el mismo precio

Bueno, Aquí estoy de nuevo y esta vez con la intención de cumplir con la tradición Steemian de la presentación formal. No es un tema que se adapte mucho a mi, también os lo explicaré, Pero ahora empecemos con la presentación.
Nací en Barcelona, en una España de la que se había adueñado un dictador. Pase mi infancia entre Barcelona y Valencia a causa del trabajo de mi padre. Cuando por fin se acabaron las idas y venidas, los cambios de colegio y las nuevas compañías, El puto dictador nos liberó de su presencia. Yo estabilicé mi vida en el área metropolitana donde hice mis primeras amistades, conseguí a casi todos mis amigos, amigos de verdad y de por vida (4; yo creo que si para contar a tus amigos necesitas más de una mano.... Te estas engañando). Con los 80´ se inició el renacer de la juventud en España. Aquello era salvaje "Sex and drugs and rock & Roll", y todo bañado en alcohol. Estudié, trabajé y me divertí. Perdí un año de mi vida cumpliendo mis obligaciones militares. Al volver, trabajé, estudié y me divertí. Me independicé compartiendo piso con uno de mis amigos. Despues vinieron las novias. Fuimos a vivir con ellas y mi amigo siguió a la suya hasta Mendoza (Argentina). Yo me quede solo y con ganas de mantenerme en ese estado.

Origen de la imagen

Deje el área metropolitana y me fui a una casita perdida entre los bosque de la montaña sagrada de mi país. Montserrat. Allí pasé una etapa muy buena de mi vida. Pude pensar ,en la soledad y el silencio, sobre el hecho de la vida, la amistad, el trabajo, la sociedad y un largo etc. de conceptos sobre los que aproveche para instruirme. Fue una época de mucha lectura.

Bueno como veis os estoy contando como fue mi vida, pero no quien soy. Eso es causa de esas reflexiones que tuve. Y como dije al principio os voy a contar por que soy contrario a las presentaciones.
Una de las características fatales de nuestro tiempo es el culto al individuo. El reconocimiento. El reconocimiento es algo halagador que a todos nos gusta y que se a dado desde el principio de la Historia. Pero siempre se a producido en el orden de: Primero Realizar unas acciones u obras. Segundo que estas acciones llamen la atención de la gente en gran medida. Y por último la gente que se maravilla con esas acciones acaba presentando sus respetos y admiración al autor. Pero eso a cambiado, el autor no concibe sus acciones como algo que desea entregar a la humanidad independiente del reconocimiento sino como algo que le da reconocimiento independiente de las acciones. Así llegamos a nuestros días donde se recogen testimonios de adolescentes que al ver que jugando en Internet consiguen reconocimiento se entregan tanto al juego que se separan de la familia, los amigos, dejan los estudios, incluso abandonan su higiene. Más al extremo unos muchachos dejan escrito en sus ordenadores que pronto se hablara de ellos y poco después realizan la masacre de Columbine. Y finalmente se llega al yihadista que lo único que le importa es el reconocimiento de su gente, su fe y su Dios; para él las acciones no tienen ninguna importancia.
Yo quiero que mi reconocimiento sea a la antigua usanza si no llega a nadie no importa, creo en lo que hago, disfruto con lo que hago y no quiero hacer otra cosa solo por reconocimiento. Y si al final hay unas personas que me dan ese reconocimiento yo estaré encantado de mostrarme para ellos. No escondo nada ni me escondo de nadie. Dicho esto, pondré mi foto al final del articulo y ahora continuo contándoles de mi vida. Pero como ya hemos aclarado conceptos, y a mi lo que me gusta es escribir, les voy a contar un hecho de mi vida que me impacto bastante y lo voy ha hacer a modo de relato.

En aquel tiempo de soledad y reflexión las casualidades de la vida me trajeron una compañera. Muy jovencita, hermosa, cariñosa y fiel. A causa de su corta edad sus días los pasaba jugando, corriendo y saltando con esa fuente de energía inagotable que es la juventud. Ella se llamaba Valkiria

Nos hicimos inseparables y durante unos años lo hacíamos todo juntos, dormir, jugar, viajar... Incluso cuando inicié una relación sentimental a través de Internet, ella también estaba atenta a Skype y se sentaba a mirar a y escuchar a mi nueva novia.
Pero como en un cuento de Allan Poe; de una negra nube salió un mal que la condeno aquella noche. Los doctores le diagnosticaron el Mal de Addison. Con medicación la enfermedad se ralentizaba pero seguía avanzando.
Seguimos disfrutando de la vida. De esa vida que día a día se iba escapando de Valkiria. Sus vómitos eran cada vez mas frecuentes, su estomago le ardía, sus fuerzas se agotaban y la melancolía reinaba en sus ojos. La tristeza y la impotencia lo hacían en mi corazón.

Una fría tarde de invierno llegué a casa. Era ya oscuro quizás eran las 7 . Valkiria había vomitado por todas las habitaciones. la busqué desesperado, la encontré tumbada en el baño, sin alientos. La cogí y la llevé al sofá busqué en mi mesita de noche una inyección que tenía guardada por si ella entraba en Shock a causa de la enfermedad. Se la apliqué en la pata trasera de forma intramuscular. la tapé con una manta y me quedé a su lado. Ella parecía dormir aunque en un sueño agitado. Fueron pasando los minutos y su respiración se hizo más relajada, había entrado en calor y se encontraba mejor. Yo la acariciaba y en un momento, abrió los ojos y me miró. Se la veía tranquila y eso me relajó. Sonó Skype y levantó las orejas. Le dije que no se levantara y fui a contestar. Era mi novia, le conté lo que pasaba y le dije que quería estar con Valkiria. Trasladé el computador a la sala. Desde la mesita de cristal Edna, mi novia, hablaba a Valkiria, yo aproveché para encender el fuego de la chimenea. Edna me aconsejó darle algo de comer, pero a mi se me antojaba imposible que Valki quisiera comer nada. Finalmente me convenció para darle algo de suero. Buscó en Internet como preparar un suero fisiológico casero y me dictó las instrucciones mientras yo lo preparaba. Busqué una jeringa grande y la llené. puse a valki entre mis brazos como si fuera un bebé y me dispuse a darle de beber el suero. Pero ella se negaba. Cerraba la boca con fuerza y si conseguía introducir el canuto plástico entre los dientes, ella movía la cabeza y se lo sacaba. Pensé en algo que la relajara, que desviara su atención y se me ocurrió ponerle música.

Le puse este vídeo y aunque sus orejas indicaban que estaba atenta a la canción, no sé relajaba. No se por que, pero me puse a silbar la melodía. Valkiria, entre mis brazos, alzo su mirada hacia mi, se relajó y dejó que le pasara la punta de la jeringa entre los dientes. Así, repitiendo una y otra vez el vídeo, silbando la melodía, Valkiria con sus ojos fijos en mi, se fue tomando todo el suero. Después hablé un buen rato con Edna y finalmente rendido por el cansancio y las emociones pasadas, decidí que era hora de irse a dormir. Me despedí de Edna, apagué el computador y llevé a Valkiria, ya dormida, a la cama. la tapé bien y yo me metí dentro. Suspiramos ambos al unísono y nos dormimos placidamente.

Aquella fue la última noche que pasamos juntos. Me costó varios meses conseguir recordar a Valkiria con alegría en lugar de tristeza. Pero tuve ayuda. Por suerte ya otros ojos se habían fijado en mi.

Ahora vivo en Bogotá. Edna y yo nos casamos. Decidimos que lo importante de nuestra relación era el tiempo que pasábamos juntos. Así que renunciamos a tener trabajo y creamos nuestro propio negocio. Nos da para vivir y le dedicamos el tiempo justo para cubrir nuestras necesidades, porque el gran valor que nos aporta nuestro negocio no es el dinero sino el mucho tiempo que nos queda para compartir y estar juntos.

Y como lo prometido es deuda. ¡Et voila! This is my face!

¡Saludos y hasta pronto!