Se levantó de la Campechana vieja donde dormía dejando caer al piso el viejo suadero con que se arropaba. Estando de pie comenzó a mover con su falseta a petunia indicándole la salida de la humilde vivienda.

Luego de un largo esfuerzo logro sacar al orejano por la entrada de la casa. En este punto pudo ver la intensidad de la luz del sol que le indicaba que el día había comenzado desde hace unas horas atrás.

Ya era un poco menos de la media mañana y Aurelio se había quedado dormido. Había trabajado en su proyecto hasta muy entrada la noche anterior y su reloj biológico no se activó como frecuentemente lo hacía.

De manera apresurada se dedicó a vestirse. En su afán de lograr la meta tuvo muchos tropiezos que lo retrasaba en llegar a la meta. Se golpeó el dedo pequeño del pie, situación que genero un fuerte improperio y el cese de las acciones.

Estaba sentado en el cuñete de plástico que hacía de silla giro su cabeza mientras masajeada la zona donde se había golpeado. Vio que las sobras en el piso avanzaban rápidamente, indicativo del que el tiempo no se detenía.

Con premura volvió a retomar el proceso de vestirse colocando el viejo calzado destinado para el pie golpeado. Al terminar la labor se puso de pie y, a pesar de sentir cierta incomodidad por efecto del accidente, salió con mucha prisa de la casa.

En su pasitrote mostraba la prisa que llevaba. Comenzó a recorrer el camino de tierra que lo llevaría hacia el poblado donde hacia vida diaria. San Tomas de los Peregrinos es un caserío rural que se ubica en lo más recóndito de los llanos venezolanos.

Sus habitantes llevar una vida sencilla dedicada al trabajo de la tierra y la ganadería. La población era relativamente numerosa ya que era el sitio que estaba designado como capital del municipio y por ello el centro económico de la región.

Una zona rural donde se podía ver el efecto del modernismo actual. Una mezcla de culturas, ideas y demás situaciones humanas. Se podría decir que era una población que se negaba a abandonar su gorma rural pero que usaba algunas herramientas modernas.

Aurelio no tenía vecinos. El lugar donde vivía estaba apartado del entorno del pueblo. Él lo había querido así. Ser como es lo ha hecho acreedor de muchos ataques por parte de algunos que no entiende su gorma de llevar la vida.

Pero como la oscuridad no carece de luz, el recibía apoyo de quienes les tenían muy buena estima. Es por ello que su sustento se basaba en trabajar como mensajero o mandadero para algunos en el poblado.

Caminaba muy deprisa. Esto hacia que levantara una buena cantidad de polvo del camino. cada vez más velocidad, cada vez más polvo del camino. iba apresurado, como si su vida dependiera de ello.

Podía ver los Uvero, Guarataros, Guamos, Mastranto, Dividives, que adornaban ambos lados del camino mientras escuchaba a los Cubiros, Jilgueros, Carraos, Alcaravanes, y Chusmitas musicalizaban el ambiente

Recorrido ya un par de kilómetros, Aurelio paso por el frente de la casa de la señora Gertrudis que estaba ubicada muy cerca de la entrada del pueblo. La mujer, que reflejaba edad avanzada en su semblante, lo esperaba mostrando algo de molestia y preocupación en su rostro.

Aurelio la saludo sin abandonar la racha veloz con la que se desplazaba. La mujer quedo incrédula al ver que su amigo no se detenía como lo hacia todos los días.

– Aurelio, hijo ¿A dónde vas con tanta premura? –

Pregunto la mujer

– Voy tarde doña Gertrudis. Me quede dormido. No tengo tiempo para detenerme. –

– ¿Y no vas a comer? Pregunto sorprendida la mujer. –

Sin detenerse Aurelio respondió:

– No, No hay tiempo. Son pocos los días que tengo para terminar mi proyecto y ya he perdido algunas horas del día de hoy. –

– ¡Aurelio de Jesús Sifontes Pérez Del Castillo, detente inmediatamente y entra a la casa. –

Fue la oración que rezo la señora mostrando una gran firmeza en ella. Aquel hombre detuvo de manera súbita su caminar y girando hacia su interlocutora. La mujer de pie señalaba con su brazo derecho extendido hacia el interior de la vivienda.

Aurelio dejo salir la tensión que mostraba en su cuerpo, encogiendo los hombros y bajando la mirada al piso, se prestó a obedecer a quien dictaba la orden. Como un niño regañado, el hombre entro a la casa seguido por la mujer.

Dentro de la misma fue guiado hasta la cocina de la casa. La mujer le indico que se sentara en una de las sillas de la mesa. Ya en su lugar, la señora comenzó a servir en un plato alfo de desayuno tradicional de la región.

Dos arepas de maíz asada acompañadas de huevo frito, caraotas negras refritas, queso llanero y una buena taza de café fue colocada frente al hombre regañado. Tomo dos Camaza que contenían, uno mantequilla recién creada y el otro suero llanero y las coloco cerca del plato.

– Tienes que comer Aurelio. Sé que es muy importante para ti cumplir con lo que quieres hacer. Pero créeme cuando te digo que si no comes no tendrás fuerzas para conseguir tu meta. –

Mientras doña Gertrudis hablaba, Aurelio comportándose un poco malcriado, tomaba el cuchillo y comenzó a abrir la arepa para rellenarla con las opciones que tenía servidas para comer.

– ¿Trajiste la ropa sucia que te lavare? –

Pegunto la mujer que ya había dejado el tono de voz regañón con el cual empezó la conversación. El hombre enmudecido por la comida que llenaba su boca solo negó con un movimiento de la cabeza sin mirar a los ojos de doña Gertrudis.

– Hijo… por Dios… No puedes andar en el pueblo como un zarrapastroso. Ese tipo de cosas es la que hace que muchos no te quieran, aprecien o respeten. Tienen que tener más fundamento. El estar muchos días con esa ropa sucia puesta te traerá problemas de salud. –

El hombre, con la boca llena de comida, casi atragantado, se apresuró a responder a quien le daba de comer. La imagen no era nada agradable. Es por ello que la mujer se volvió a enojar, y de manera una tanto agresiva, le hablo apresuradamente.

– ¡Te he dicho más de mil veces que no hables con la boca llena de comida!... es algo muy asqueroso. –

AL escuchar la molestia de doña Gertrudis, Aurelio voy a tomar la actitud de un niño regañado. Con dificulta trajo la comida que tenía en su boca. Una vez hecho esto, tomo un sorbo de café para luego responderle a su anfitriona.

– Tranquila doña Gertrudis… pronto no necesitare vestimenta. Cuando termine mi proyecto y comience a vivir con mi amada, no tendré necesidad de vestirme. –

Las palabras sinceras de aquel hombre hicieron cambiar súbitamente el humor de la mujer. Lo vio fijamente a los ojos y con una gran expresión de ternura en su cara, se acercó a este y acaricio su larga y desaliñada cabellera.

– Si tú lo dices hijo… –

Respondió la mujer mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

– Vera que sí, doña Gertrudis. –

Respondió Aurelio que se dedicó a terminar de comer de manera apresurada cuando la conversación se acabó. Doña Gertrudis siguió aseando la cocina. Al terminar de fregar algunos utensilios que había en el fregadero, giro hacia donde estaba ubicada la mesa.

Se vio sorprendida al ver la figura de aquel hombre parada estática llevando en sus manos el plato y la taza vacía donde estaba el desayuno. Aurelio mostraba una gran sonrisa de satisfacción. Disfruto la comida que la anfitriona le había servido.

La mujer paso el susto y tomando los utensilios los introdujo en el fregadero. Sintió que Aurelio salía de la cocina con mucha velocidad. Ella trato de seguirle, sin embargo, solo logro ver el celaje de este.

A la velocidad que su cuerpo le permitía, la mujer llego hacia la entrada de la casa. Desde allí vio que Aurelio estaba parado ya en la vía hacia el poblado. Con una de sus manos sujetaba una vara larga de madera de Guayabo que había encontrado en el patio frontal de la casa.

– ¿Puedo llevarme esto, señora Gertrudis? –

Fuente Imágenes tratadas por mí en la aplicación Artista y el programa Photoshop. Diagramación de mi autoría.

La mujer le causo mucha gracia la postura que mostraba aquel hombre. Le hizo recordar aquel personaje bíblico que levanto cayado para abrir el mar y los judíos escaparan del faraón egipcio.

La mujer sonrió un poco y en sus pensamientos sonó una frase que le provoco un poco más de gracias. Un Moisés bastante desaliñado. Esto al ver que Aurelio vestía ropa bastante degastada y que su cabello y barba no mostraban ningún tipo de cuidado estético.

– SI hijo, puedes llevártela. Eso sí. Por favor, no te metas en problemas. No uses ese palo de guayabo para provocar problemas. –

Aurelio asintió con la cabeza y con la mano derecha en el corazón se despidió.

– Se lo prometo doña Gertrudis. Muchas gracias por la comida. Estaba muy rica, como siempre. –

Relancino, Aurelio retomo el camino logrando la misma velocidad de desplazamiento que poseía antes de ser interrumpido. Doña Gertrudis salió hasta la vía y lo siguió con su mirada hasta perderlo de vista.

Luego giro lentamente y se dirigió hacia el interior de la vivienda. Nuestras rezaba su Letanía, en su mente buscaba algún motivo por el cual, ese ser que ella consideraba angelical, recibía tanto despacio de muchos del pueblo.

CONTINUARA…

¡Saludos!... Un cordial saludos a todos los miembros de la comunidad #Colombia-Original y al resto de la gran familia #Steemit.

el cuento que les presento a continuación es la adaptación de una historia creada por mí para ser usada en mis participaciones en la oralidad que es una de las expresiones de actuación que me gusta desempeñar.

Esto se debe a que la oralidad puede ser utilizada en cualquier lugar o reunión que cuente con personas que disfruten este arte que tiene muchos tipos de expresiones. Comedia, reflexión, anécdota, tragedia, son algunas de ellas.

Hay dos detalles que me gustaría resaltar. En la oralidad es más fácil emplear una gran cantidad de palabras que en la redacción escrita. Intente, por diversos motivos, hacer una historia breve. Sin embargo, debo adelantar que este cuento contara con muchas partes.

Pero no se asusten, quedo más corto y preciso de lo que me había imaginado.

El otro detalle es que utilice muchas palabras autóctonas de la región de los llanos venezolanos. Esto con la finalidad de que quienes lean este relato se sienta más sumergido en el mismo.

Claro está que existe muchos venezolanos y sobre todo gente que no son de estas tierras, que quizás no entiendan muchas referencias o concepto que manejo. Es por ello que les dejare un glosario de palabras de la región llanera de Apure para que puedan guiarse y entender un poco lo que expreso en el escrito.

Espero que mi publicación sea del agrado de quienes la lean.

Emoji creado en Bitmoji. Diagramación de mi autoría

Si quieres conocerme un poco más visita mi publicación de presentación en Steem atreves de este enlace