Sugerencias

susiunderground (59)in #spanish • 7 years ago

Me puse a rebuscar en los cajones, aunque ya los había revisado varias veces. Miré en los armarios de toda la casa, en uno de ellos encontré una polilla entretenida con un abrigo, pero no quiso salir, y como no molestaba, seguí mi camino por los de la cocina, aun sabiendo que luego sentiría complejo de culpa por no haberlos organizado como Dios manda, que quién Le mandará a Él mandar según qué cosas, pero hay que reconocer que no es normal guardar un martillo al lado de los platos. No quise perder tiempo pensando en la relación que, inconscientemente, había hecho entre elementos con utilidades tan distintas, así que seguí por el frigorífico, dado que podría estar en cualquier lugar de la casa, pero nada, no quería aparecer, el maldito, bueno, no es cuestión de insultar, bastante tiene el pobre con lo que tiene.

Recordé que es un clásico esconderse debajo de la cama, pero allí sólo había pelusas con vocación de instalar una colonia, sentí el impulso de barrerlas, pero lo pensé mejor y continué persiguiendo mi objetivo, que me conozco y me disperso con facilidad. Miré en el horno, ya con la pipa y el sombrero de Sherlock Holmes en solitario, libre de tener que aguantar al pesado de Watson diciendo obviedades sin el sentido metafórico que deben tener las buenas soluciones, porque el mejor desenlace es el que va apareciendo poco a poco, haciéndote disfrutar con las sugerencias de los hechos y con las huellas de los participantes. Pero el horno estaba vacío.

También cabía la posibilidad de que la fuente de la luz blanca, el archivo de los registros akásicos, un instinto que se resistía a morir, o algo de semejante importancia, me estuviera enviando lo que podríamos llamar e-mail, pero de una forma mucho más misteriosa que la bandera de EE.UU. ondeando en la luna, donde no hay aire, diciéndome que me alejara de él. Esta opción me convenció sobradamente, y como me lo habían regalado en una tienda de los chinos por ganar una tómbola que organizaron en Semana Santa, para que no todo fuese sufrir y les comprásemos alguna cosilla, como un gato de escayola moviendo su bracito mecanizado todo el rato, no tuve ningún problema en olvidarme de él, porque a un móvil de última generación que me hubiese costado una buena cifra, le daría más trascendencia, supongo. Pero no era el caso.