Gazpacho de mango

Hace mucho calor y, como lo hace, no vamos a disimular. Acaba de entrar el verano con la fuerza de un topetazo de macho cabrío seriamente enfadado. Las ciudades están deshidratadas, los campos tiene los ojos cegados por el sol, los incendios arrasan y los ríos se secan. No voy a hablaros del cambio climático, pero parece que va en serio, y que corre más de lo que pensábamos.

Creo que es necesario un exorcismo contra el demonio del mercurio, así que os dejo la receta del gazpacho de mango: alimenta, no pesa, hidrata y está riquísimo.

Con dos mangos maduros, un tomate, maduro también, una cebolla, aceite de oliva, vinagre y sal, nos arreglamos.

Se cortan los ingredientes en trozos, se pasan por la batidora, se adereza el conjunto con el vinagre, la sal y el aceite de oliva, y listo. Hay quien lo pasa después por el chino, pero a mí me gusta encontrarme las fibras del mango; si lo dejáis un rato en el frigorífico y, al servir, añadís menta o albahaca muy picada, para que añadan sabor y frescura, lo bordáis.

No me diréis que os lo pongo difícil...