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Supongo que la respuesta viene dada, porque los adultos tienen la posibilidad de decidir abiertamente su inclinación sexual, mientras que los niños pudieran dudar sobre esta y, por ende, reprimirla, debido a las convenciones sociales, familiares y religiosas.

Como bien sabemos, los niños nacen con un sexo marcado por sus genitales: hembra o varón. También ha habido casos de hermafroditas. Sin embargo, la designación del género es cultural. De modo que si nacemos con el órgano sexual femenino y nos sentimos a gusto con este, entonces estamos dentro del género binario. Pero si ocurre lo contrario, es decir, que no nos sentimos conformes con nuestro sexo (biológico), entonces somos no-binarios.

Al respecto leí lo siguiente, y me pareció tan interesante que decidí compartirlo textualmente:

Los no-binarios pueden sentirse hombre o mujer a la vez, ninguno de los dos o identificarse con un género durante un período y con otro durante otro.

A la luz de esta aseveración, asumo que lo no-binario podría estar vinculado con lo emocional, porque muchas veces, cuando veo las comodidades de los caballeros de la casa, he deseado ser hombre, para llegar del trabajo, quitarme la ropa, prender el televisor y esperar a que la mujercita me lleve la comida a la cama y que luego lave el plato.

Obviamente, mi pensamiento responde a una rebeldía de mi pensamiento, pues me siento feliz siendo mujer.

Pero, ¿qué pasa con los niños y con los adolescentes con respecto a su identidad sexual?

Pues, que, en esta edad, buscan ubicarse dentro de un determinado grupo sexual que los haga sentir plenos. Es decir, felices. Por tanto, pueden desear experimentar diversas experiencias sexuales para definir su identidad como mujer, hombre, gay, bisexual, entre otros.

Otro punto que llamó mi atención cuando leí sobre los niños no-binarios es que los padres de estos, al parecer se niegan a "etiquetar" a sus hijos como hembras o varones, lo cual es una contradicción, porque ahora les correspondería la etiqueta de no-binario.

Por otro lado, me resulta ilógico que unos padres, aún sin que sus hijos muestren una inclinación sexual determinada, ya los predispongan para que se declare no-binario. Para mí, estos señores necesitan atención psicológica.

Con respecto a los nombres y a cómo uno se siente con ellos. Me permito echarles este cuento. Como saben me llamo Sol. Mi nombre completo es Sol Maricela. Cuando era pequeña no me gustaba mi nombre, porque en la escuela me decían: "Calienta, Sol, calienta", y entonces, me calentaba, y quería agarrarme con todo el mundo, jajaja. Sin embargo, con el tiempo, me comenzó a gustar mi nombre y agradecí a papá y a mamá habérmelo puesto.

Resulta que cuando vivía en Cumaná, me hice amiga de mi vecina, quien tenía dos hermosas niñas y con ellas conversaba por el patio, cuando iba a regar las matas. Un día, la niña me dijo: "Hola, señora Sola, cómo está". La mamá la corrigió y le dijo: "Ella se llama Sol; no Sola". A lo que ella respondió: "Sol es varón, y ella es hembra. Por eso, se llama Sola". Yo me reí y todos en esa casa comenzaron a llamarme Señora Sola. Les digo esto, porque el razonamiento lógico de los niños es genial, ella le halló una explicación a lo del género, y su argumento era válido y convincente.

Quizás Índigo no reciba las burlas de sus compañeros de clase o tal vez sí, entonces tendrá que reclamarle a sus padres por qué le pusieron un nombre de varón siendo hembra; ya el tiempo lo dirá. Tal vez su rebeldía sea convertirse en una súper feminista. Uno nunca sabe las vueltas que da la vida. Lo cierto es que estos famosos cantantes estaban buscando protagonismo a partir del nacimiento de su hija, y lo lograron.

Dicho esto, soy de la idea de que los seres humanos tenemos edades para decidir qué somos y qué queremos ser, y no será un nombre lo que sea determinante para definir nuestras inclinaciones sexuales.

Agradezco los aprendizajes e invito a mis amigos @ciru2014, @mariami y @zory23 a unirse a esta dinámica. Aquí la información