Huellas de aprendizaje
Para ello comenzaré hablándoles de mis maestras, y de cómo ellas se conviertieron en mis pilares para fundamentales para ser lo que soy como profesional.
Mis maestras hablaban de su formación académica con inmenso orgullo. Eso lo sentíamos sus alumnos. Eran entregadas al trabajo. Responsables al mil por ciento. Educadas hasta en las situaciones más difíciles. Tenían carácter recio. Decían: "Que no solo tenían el compromiso de enseñar a leer y a escribir, sino también de enseñarnos a ser buenos ciudadanos, buenos hijos y excelentes profesionales".
Para mí fue inolvidable cursar cuarto grado con la maestra Nívea. Una mujer de conducta intachable, que nos formaba en fila antes de entrar al salón. Ella se paraba en la puerta, y a todos nos daba la mano para decirnos: "Buenos días, bienvenido a clase".
A ella le debo haberme enseñado algunas técnicas de estudio, que se convirtieron más adelante en mis fortalezas académicas:
La primera fue: "
Lee con detenimiento una página. Luego detente a pensar en lo que leíste, trata de decir lo que dijo el autor con tus propias palabras. Si no eres capaz de hacerlo, significa que no comprendiste el texto; entonces, debes volver a leer, y hacer de nuevo el ejercicio. Si no te sale, tal vez se deba a que estás cansado o a que hay algo que te desconcentra. Si en el segundo intento de lectura y comprensión no logras tus objetivos. No te decepciones. Cierra el libro, haz otras cosas, sobre todo, distráete. Si puedes, échate un baño, y vuelve a leer. ya verás que comprendes mejor.
Esas orientaciones de mi maestra Nívea, nunca se apartaron de mi mente. Tal vez por ello, desarrollé más capacidades interpretativas y de análisis, que de memorización. De hecho, casi no puedo memorizar nada.
El segundo aprendizaje fue:
Escribe todo lo que puedas, después de haber leído. Solo el que escribe puede demostrarse a sí mismo que sabe algo.
Por eso, cada vez que leo algo, siento la necesidad de detenerme a escribir sobre lo leído.
El éxito académico no cae del cielo, hay que trabajar todos los días para lograr salir bien en los exámenes y en los trabajos. Dedica, por lo menos una hora a leer y a estudiar todos los días. Si lo asumes como una necesidad. Crearás el hábito y el amor hacia el saber. De modo que cuando, por alguna razón u otra, no puedas estudiar, sentirás que algo te falta.
Estas herramientas de aprendizaje, que estuvieron al alcance de mi mano, dictadas por una maestra amorosa, nunca las olvidé. De hecho, todos los que estudiamos en esa sección, en la actualidad son profesionales de distintas áreas científicas y humanísticas; y eso no sucedió por casualidad, sino que fue producto de las enseñanzas recibidas por este gran ser humano, que fue mi maestra Nívea.
Por cierto, en la medida de lo posible, he tratado de replicar su ejemplo, y me ha dado buenos resultados. Así que deseo que estas huellas que hoy comparto con ustedes se extiendan hasta el infinito.
Invito a mis amigos: @acostacazorla, @blessedlife y @genomil. Aquí la información
Nota: Todas las fotos son propias.
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Gracias por el apoyo, @Blessed-girl. Estoy feliz de contar con él.
Muy buenas técnicas las que les inculcó la maestra Nívea, con una buena técnica, el aprendizaje está casi asegurado, se hace más significativo y agradable, además de que desarrollamos procesos mentales superiores.
Quien tiene un buen maestro y vocación para seguir sus pasos también va a dejar huella en sus estudiantes, como lo has hecho tú también ,querida amiga.
Un abrazo grande. Gracias por la invitación
Así es, amiga. Un buen maestro deja huellas imborrables en la vida de sus alumnos. Bueno, los malos también. Esos, por lo general, son los responsables de la deserción académica.
Gracias por pasar. Espero leerte.