Son una serie de estrechos que separan el golfo de Paria del mar Caribe. Se encuentran en aguas divididas entre Venezuela y Trinidad y Tobago. Los estrechos son: La Boca Grande, La Boca de Navios, La Boca de Huevos y La Boca de Monos.

El mar se abrió y se tragó al bote de un solo bocado. Luego lanzó algunas astillas a la superficie y a tres pescadores a los que les concedió otros días de vida. Pero Angito se quedó a vivir en las profundidades marinas. Para ese, entonces, él tenía 20 años.

A pesar de los operativos de rescate que se hicieron, a Angito nunca lo encontraron. Su madre siempre albergó la esperanza de verlo regresar. Pero este año ella murió, y sus últimas palabras fueron para su hijo pescador:

Ahora sí nos vamos a encontrar, Angito.

El tiempo ha pasado, y el recuerdo de mi amigo sigue intacto en mi memoria. Tal vez algún día, yo diga lo mismo que su madre.

El mar es esperanza, es alimento, es quietud y tormento. También vida y muerte.

El mar a veces está hambriento y sale a devorar todo lo que consigue en sus aguas; y cada cierto tiempo regresa algunas cosas a la orilla como prueba de que él solo se queda con cosas valiosas, como mi amigo Angito.

Me gustaría invitar a @genomil, @evagavilan y @marcybetancourt. Aquí la información

_{Nota: Todas las fotos fueron tomadas con mi teléfono celular Tecno Spark 2024}