Para contextualizar un poco sobre Atenea, les diré que esta es hija de Zeus y Metis. Su nacimiento fue "de cabeza", y digo esto, porque en efecto así sucedió. Resulta que Urano y Gea le dijeron a Zeus que de su unión con Metis nacería un hijo que lo destronaría. De modo que cuando Zeus se enteró que su amada Metis estaba encinta decidió "tragársela". Pero esto le causó una indigestión tan incómoda que tuvo de recurrir a Hefesto (Dios del fuego) para que le abriera la testa y le quitara el malestar. Y de esta herida nació Atenea, formadita, guerrera y racional. Claro, creció en un vientre mental.

Atenea, debido a su temperamento, en algunas ocasiones, tomó decisiones acertadas, y en otras no; siendo esta una de las características que más emparenta a los dioses griegos con los "humanos". Recuerdo, por ejemplo, cuando Atenea convirtió a Aracne en una araña, porque esta se atrevió a decir que ella era mejor "tejedora" que la Diosa. Cuando llegó el momento de la competición, Atenea se sorprendió de la obra de su contrincante, pero siendo Diosa no podía aceptar que se pusiera en duda su omnipotencia. Fue así cómo la condenó a mostrar su talento haciendo "telarañas" en nuestras casas que si bien son obras maestras, las amas de casa las destruimos sin compasión cuando nos toca limpiar. Fíjense que Atenea no mata a Aracne, sino que le da una lección: "La soberbia y la arrogancia te pueden conducir al fracaso y hasta a la muerte". Nunca debemos subestimar a nuestros superiores. Si ellos están allí es por algo.

Atenea es, además, la diosa de la filosofía, la poesía y la música. Y cómo no serlo, si en estas ramas del saber también se conjugan la guerra y la razón. El filósofo se enfrenta a la ignorancia (mundo oscuro) a través de la reflexión (la luz) , no siendo esta una fácil labor. El poeta lucha con su ideas y con sus angustias para que de él fluyan las palabra que logren seducir al lector. Pero alcanzar el nivel de satisfacción del poeta tampoco resulta simple, pues él es su mayor crítico. Y en la música se presenta la guerra entre el silencio y el sonido.

Como podemos ver, los seres humanos vivimos constantemente en una guerra entre el ímpetu y la razón. Por tanto, es mi mayor deseo que de este enfrentamiento siempre salga airosa la sabiduría y el amor.

Para que nos cuenten sobre sus Dioses del Olimpo, invito a mi amigos @acostacazorla, @genomil y @silher. Aquí la información