La bestia encapsulada - Relato Parte II
No fue nada especial. A diferencia de su tierra natal, la tierra aquí era diversa. En su isla natal, todo era exuberante y verde. Los árboles eran altos, sus ramas se arqueaban sobre el camino y formaban un dosel áspero. Los animales no se alimentaban de seres humanos, y los que vivían allí eran de naturaleza incivilizada. Era fácil perderse allí, y la gente tenía que depender únicamente unos de otros para sobrevivir. Aquí, en el pueblo, había variedad. Plantas tanto de buena calidad como de animales que se romperían un dedo con una patada. La gente de aquí no era tan educada y estaba en posesión de algunos secretos.
Los aldeanos eran tan sabios como lo eran y ofrecieron fácilmente sus conocimientos al grupo. El líder no estaba interesado en ser una de estas personas, pero estaba feliz de vivir cerca de ellos y conocerlos. El campamento del grupo estaba cerca de la aldea, y era una parte de la aldea que estaba al borde del bosque, frente a la playa.
Incluso el lugar elegido por el grupo debía ser cortado del bosque. Al otro lado de la carretera había dos piedras grandes. Desde uno de ellos, un camino se extendía hacia el bosque, tomando la forma de un triángulo. El extremo más ancho del triángulo tomó un pedazo de tierra gigante que estaba delimitado por acantilados rocosos hechos de las mismas piedras grises ligeras de las que estaba hecho el resto de la isla. Solo el río era más grande que estas rocas. Incluso los árboles pequeños quedaron empequeñecidos por el tamaño de estas piedras.
El extremo más estrecho era más pequeño, sin duda. Alrededor de las carreteras había árboles gigantes, algunos más anchos que incluso el más ancho de los gigantes de estas piedras. Eran altos y fuertes, los troncos macizos y las raíces ramificadas que habían sostenido del suelo. Árboles de esta naturaleza, en cualquier otro lugar, se habrían roto sin un solo pensamiento. Pero el amor y el cuidado hicieron que estos árboles se mantuvieran altos, el más alto de todos era el árbol en el extremo más angosto del camino, que fue cortado en la cima de una roca que sobresalía como una montaña al otro lado. Era como si fuera parte de la propia roca, y su altura era el resultado de mucha recolección deliberada. De hecho, el árbol tenía al menos una milla de altura.
El océano se podía escuchar en la distancia y lo hacía aún más silencioso. La vista del océano, brillando con el reflejo del sol, estaba al menos a una docena de millas de distancia. Incluso con el ruido del sonido de las olas, el grupo se sintió como si estuviera solo. Las murallas de la aldea se dejaron intactas desde su época de gloria, y eran tan grandiosas como siempre, y sirvieron como testimonio de la belleza de la aldea que la gente había construido.
La líder del grupo decidió permanecer en esta aldea, porque ahora estaba satisfecha de que en este punto estaba feliz. Los otros decidieron hacer esto también. La tribu en la que vivían tenía grandes expectativas, debido al excelente potencial militar que poseía, pero el grupo no encontró deseos de ejercer ese potencial. En cambio, decidieron entrenar aquí y establecer un nuevo hogar más lejos.
Tenían un campamento en un bosque cercano, no muy lejos del pueblo. Cada miembro de la banda tenía un barco pequeño. Los barcos estaban hechos de árboles gigantes que habían sido debilitados por el gran viento que soplaba a través de las ramas de muchas estatuas de grandes guerreros de la tribu. Estos árboles habían sido excavados después de la construcción del barco, dejando sus huecos tan inútiles como las venas de un cadáver vacío. Pero el árbol en sí se había conservado y había encontrado un nuevo propósito. El barco estaba hecho principalmente de madera. Las velas se fabricaron en cantidades sorprendentes, tanto que el aire tuvo que luchar contra ellas para penetrar las velas. Los soldados de la aldea se habían encargado de ello, talando los árboles del bosque con esmero, para que no se perdiera una sola hoja.
Los árboles gigantes que se habían utilizado para hacer estos barcos no estaban solos. Se habían usado otros árboles en todas partes, y los árboles gigantes se usaron para las partes principales del barco, los árboles que habían sido los moribundos se usaron para la cubierta de popa. Todos juntos, los barcos eran sustanciales y pudieron transportar a todos a bordo cuando partieron.
El pueblo les hizo los barcos y los recompensaron con un nuevo tipo de árbol que les sería muy útil. Tenían una estrecha amistad con la aldea y la aldea no quería perderlos. El carpintero sabía que los árboles de los que estaba hecho el barco estaban muriendo y se aseguró de presentar el nuevo árbol a los guerreros.
El nuevo árbol tenía una capa que había engrosado la copa del árbol, lo que hacía mucho más difícil cortarlo con un cuchillo. La textura de la superficie del árbol también fue un problema, ya que el árbol se parecía mucho a una roca en lo que respecta al corte. El árbol era grueso al menos, pero seguía siendo un árbol. Pero estos árboles, al ser más difíciles, se cortaron en tablas con mayor facilidad. La aldea se aseguró de tener suficientes tablas, porque querían mantener a los guerreros allí y estaban dispuestos a hacer cualquier cosa que hiciera felices a los guerreros.
El guerrero mantenía la aldea ocupada y estaban agradecidos por los regalos.
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