Luego de varios hechos de lesa humanidad contemplados en Venezuela en los últimos días se rompe cualquier esperanza de ver cambiar la situación que actualmente agobia a todos los ciudadanos.

Últimamente ha arreciado la crisis para algunos, es raro decir que sólo es una parte de la población la que sufre, pero es así, hay un grupo que maneja beneficios económicos y sociales que no se detienen a ayudar al prójimo.

Dentro del país se maneja un flujo de dinero internacional de magnitudes impresionante (efectivo en dólares); proveniente de mercados paralelos que ilogicamente están entre lo ilícito y lo normal. La parte menos nociva por ejemplo: el ciudadano común vende sus bienes o servicios en la moneda mencionada, y aun cuando está haciendo una transacción lícita desde el punto de vista de propietario, recibe a cambio una moneda que no es fácil de obtener en casas de cambio o entes financieros; acentuando el crecimiento de mercados paralelos de intercambio.

No todo termina allí, los pequeños y grandes comerciantes han hecho ya cotidiano el uso de la moneda en sus establecimientos, los precios se han elevado casi de manera constante con bajas o subidas de las cotizaciones, da igual, siempre el más afectado es el menos poderoso.

El orden que impera en el país es el desorden, la ley se corrompe, los servicios médicos (seguros de organizaciones) han dejado de cubrir a los asegurados. Es decir, el Estado ha dejado de cumplir con los artículos constitucionales dónde se le garantiza a los ciudadanos protección para la vida; todo esto sin mencionar lo elemental en cuanto al suministro de los servicios básicos para la existencia (electricidad, suministro de gas doméstico, agua) la permanencia de la vida en Venezuela es un constante reto; falla el Estado, se corrompe el hombre que intenta sobrevivir por encima de otros con estafas, explotaciones y chantajes; en pocas palabras la inteligencia está puesta en perjudicar a los demás.

Todo lo anterior es profundamente triste y real, estaría un buen rato escribiendo detalles del desequilibrio que ha venido imperando, pero intento retomar la idea de esta reflexión sobre la falta de humanidad; ciertamente lo que más preocupa es observar como pueden asesinar alguien a golpes (el caso de un funcionario de la Marina detenido y asesinado), o como pueden dejar sin ojos a un adolescente (caso de un niño de 16 años atacado al rostro con perdigones en medio de una protesta), esto es terrible, es alarmante porque ya solo pasan a ser noticias momentáneas y las repercusiones de los hechos son reducidas a denuncias en las redes sociales o acciones aisladas de los familiares.

El comunismo y la tiranía ha mermado la verdad, la humanidad, ha calado en los corazones, y se nos escapa un país tan hermoso de las manos.

Venezuela necesita más que elaborados informes de la situación que vive, más que espectadores de los sucesos, necesita ayuda e intervención diplomática, administrativa y hasta militar; está es mi opinión al respecto quizá coincidiendo con muchos analistas en el área, con muchos profesionales que disienten de la situación actual y hasta con la gente más humilde y oprimida.

Por todos los medios se debe intentar imponer la paz y la justicia, retomando las riendas de un país que pide a gritos su libertad. Luego hay que reconstruir cada rincón, llevando amor desde las escuelas, las universidades y cada organización activa socialmente.

Me parece propicio citar las siguientes palabras:

"Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor".
Antoine de Saint-Exupéry

Toca elevar una plegaria a los cielos por la protección de todos, para que Dios enrrumbe a Venezuela.

Gracias por leer

_{Imagen principal cortesía de Pixabay}

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