El Dilema Tentación - Pecado

La tentación parece entrar por los ojos, oídos y sensaciones pero en realidad brota del corazón.

Son nuestros propios malos deseos, que aprovechando la oportunidad de lo externo que se acerca, hace de cosas realmente insignificantes, algo poderosamente atrayente. Varía de momento en momento porque se impulsa con deseos y necesidades de emociones, mente, cuerpo e incluso materiales o espirituales. Pero todo es un engaño. Solo las usa para llevarte hasta el Pecado; te aseguro que hay mejores maneras de satisfacer esas necesidades que las que la tentación propone. Lo más atrayente que te muestra es: ¡Satisfacción del deseo YA! Pero créeme, ¡es un engaño!

Por supuesto que tienes derecho a preguntar por qué, y te lo diré: Lo que ofrece no es exactamente lo que da.

Bueno…, hablando desde el punto de vista de las sensaciones instantáneas, pudiese estar cerca, pero solo basta esperar un poco de tiempo para darse cuenta de que esperabas algo más. Es algo como… ¡incompleto! (Hablo desde el punto de vista de las sensaciones el cual es el menos importante de todos) El vacío llega extremadamente rápido y sabes que no es suficiente. Allí es donde está la trampa. Se dura toda su vida buscando la satisfacción plena. Pero nunca es suficiente.

La Prueba

Te daré una prueba para que la hagas a quien te invita a probar o que dice que su pecado es lo mejor del mundo; simplemente pregunta si es capaz de dejarlo . ¡Sí! Dile si es capaz y que lo demuestre. Pero no un por tiempo; para siempre y sin pensarlo. Veras que no podrán. ¿Sabes por qué? Porque es esclavo de su pecado, su “gran amigo” el pecado lo tiene a su propia merced. ¿Pero por qué no puede? ¿Será que nunca ha sentido, ni vivido, ni pasado algo malo con esa situación? ¿Será que de verdad, todo es bueno allí y nunca hay ninguna consecuencia? Si se es sincero se reconocerá que hay muchas cosas malas allí y lo sabe bien en el fondo aunque lo niegue. No hay nada malo que traiga buenas consecuencias. Y si no muestra temprano sus consecuencias seguro que tarde lo hará (En muchos casos, demasiado tarde).

Otro "Detallito"

El Señor Jesús enseñó que “por sus frutos los conoceréis”. Para ver la verdad solo hay que tener los ojos abiertos. Pero entonces vuelvo y pregunto, ¿Por qué esa persona no es capaz de decir: NO? Porque el pecado secuestró su voluntad con falsas promesas que no ha cumplido. Esa es la verdad. Pero… ¿hay salida a ese engaño? Sí, Jesús dice: Yo soy el camino, la verdad y la vida.

Y ¿sabes porque el Señor nos dice: “Yo soy la vida”? Por una cosa más que el pecado no nos dijo: El mata y separa nuestro espíritu de Dios. Decimos creer en Dios (y puede ser cierto) pero al pecar quedamos alejados, como almas sin dios alguno y sin propósito alguno, sin compañía real, sin amor verdadero; y el pecado mismo que nos engañó y que nos dejó apartados de lo bueno viene a ocupar ese vacío, y con engaños, y sin nosotros comprenderlo, viene a hacerse nuestro dios.

Ese es el dilema universal de la tentación y el pecado. No es malo ser tentado, malo es creer a sus mentiras.

Fuente Imagen: Pixabay