Y me fui a ver magia de verdad de la buena...

¡Y así fue!, un espectáculo que alrededor de 300 personas pudimos disfrutar el pasado sábado en el Auditorio Felipe VI de Estepona (España). Os voy a hablar de "Magia potagia y aún más", el espectáculo de magia de uno de los más grandes magos que creo ha conocido el mundo, alguien con cuya magia crecí viéndolo en televisión (medio por el que saltó a la fama en los 80´s) y todo un referente en este arte. Un genio... Juan Tamariz.

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Captada con un ZTE Blade L7

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Uno suele acudir incrédulo a ver magia. Pero en el caso de Tamariz, los "esto tiene truco; no me lo creo; está amañado...", pasan a ser un tremendo "¿cómo lo hace?". Yo sabía a lo que iba, nada de escepticismos, iba a presenciar en vivo y en directo a todo un grande. Un verdadero mago de los de verdad, de lo que sí hacen magia, de los de siempre. Un hombre que a sus 76 años se mostró radiante de energía, alegre y carismático, como siempre ha sido.

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Captadas con un ZTE Blade L7

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La hija del mago tocaba el piano en un lateral del proscenio, amenizando así la entrada del público. Un alegre aire de ilusión se respiraba en el teatro, todos expectantes, un aire que sólo la magia sabe traer. Se abría el telón, todos ya sentados, luces, salía el mago... gran ovación para él. El espectáculo contó con dos partes de unos 40 minutos cada una, con un breve descanso de 10 minutos en medio. Algunos trucos de cartas, adivinación y ya nos tenía a todos en el bolsillo. Risas entregadas al maestro... ¿cómo era posible?

Después de ser acompañado por otros dos magos; un chico joven y elegante que nos hizo disfrutar con algunos trucos y su esposa y maga colombiana que hizo unos juegos de mentalismo (un tanto sosa para mi gusto)... llegamos a la gran parte final. La especialidad de Juan Tamariz, magia de cerca y con cartas. Una pantalla agrandaba la mesa de magia para que todo el público pudiera verlo, varias personas invitadas a subir a ver la magia de cerca, cerca. Sin trampa ni cartón. El truco con el que estuvo jugando al menos los últimos 20 minutos trataba de hacer moverse cartas por la baraja, pero sin tocarla. Os contaré que, estando la baraja de cartas sobre la mesa y sin que nadie la volviera a tocar, hizo subir varias cartas hasta situarlas la primera en el montón. Casualmente, invitó a una de las chicas del público que estaba en la mesa junto a él a seleccionar otro alguien del respetable para que eligiera una carta al azar, la que ese alguien quisiera. Pues bien, ese alguien fui yo, dije el cinco de tréboles, libremente y porque me dio la real gana... El mago dijo "sube, sube, sube..." y ¡chan!. Levantó la primera carta y ahí estaba, el cinco de tréboles, impresionante.

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Cedida por el departamento de comunicación del Auditorio

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El espectáculo acabó y estoy seguro de que muchos salieron de allí (al igual que yo) con la sensación de sentirnos un poco más niños, boquiabiertos y sabiendo que seguramente muy pocas veces en el futuro se podrán ver las proezas de un gran maestro mago como lo es el señor Tamariz. Que a sus 76 años volvió a hacer volar la cabeza de los adultos y la ilusión de los niños.