La Salida - relato erótico
Y aquí estoy, esperando por un tipo que eh acosado por cinco meses, desde la distancia, y cuando finalmente me decido hablarle, el tipo ni siquiera conocía de mi existencia ¡Qué maravilla! Eso sí que es deprimente, y lo más insólito es que llevo ya esperando por 3 horas ¡Joder! Sé que estas bueno pero ¿en serio me tienes que hacer esperar tanto? Y ¿porque demonios te espero? si, esa pregunta se responde sola, hasta un extraño te la puede responder. Dispuesta ya a irme (y protegiendo mi orgullo herido) camino a la salida del café donde se supone vería a mi adonis, el cual me dejo vestida (literalmente, me puse la mejor lencería que tenía ¡maldición!) y alborotada, veo impactada como este viene corriendo, deteniéndose justo en frente de mí, el muy maldito estaba como dios manda, mierda su cabello rubio alborotado y ese sudor exquisito que bañaba su piel, ¡JO-DER! Debería ser ilegal estar tan bueno.
D-discúlpame, se me acumulo el trabajo - ¡maldito! ¿Cómo es que me tienes tan idiota solo con tu jodida presencia? – quieres otro café? – ¡imbécil! Sabes lo que quiero, y te haces el chulo conmigo, su sonrisa delata lo evidente.
Tengo 3 horas esperándote, hasta un vino tinto me tome, así que como comprenderás el café esta de mas – directa, me encanto su mirada incrédula, sabía que no se esperaba aquello.
Entones es bueno que este café cuente con un hotel no crees? – su sonrisa burlona me descoloco, sonreí igualmente, parece que ahora si nos estamos entendiendo, joder ¡¿cómo no me di cuenta que este café contaba con un hotel?!
Sin esperar mi reacción, tomo mi mano guiándome a la entrada donde una idiota recepcionista le guiño el ojo luego de que le diera las llaves ¡estúpida me cogería a mi descarada! Cuando llegamos a la habitación ni tiempo de admirarla me dio, mi cuerpo fue apresado contra la pared del cuarto quedando inmovilizada, me besada y dios que sabía lo que hacía, succiono mi labio inferior de tal forma que su lengua irrumpió mi boca con una maestría que me dejo impactada.
El beso se torna ansioso, tanto que no soy consciente de nada, hasta que mi cuerpo toca la cama, veo atentamente como se deshace de su ropa, y solo puedo tragar cuando veo los colores adornar su cuerpo, ¡Maldición esta buenísimo! Y lo peor es que el muy desgraciado es consciente de eso, sin delicadeza alguna, desprendió mi ropa, deteniéndose únicamente para observar mi lencería, reí internamente pues sé que es fuerte, “lindo” sin más, la saco con una lentitud que me desesperaba, cuando me tuvo completamente desnuda delineo mi cuerpo con la yema de sus dedos, el calor invadió mi ser, con cada toque que este daba, cuando acerco su boca a mis senos vi la gloria, la succión que ejerció en ellos era arrasadora, alzando mi sexo hacia él, le di a entender que allí requería urgentemente su atención.
Cuando su lengua toco finalmente mi clítoris sentí que acabaría en cualquier momento, parecía niña virgen con su primera relación ¡joder! La experiencia que tenía, parecía nula a su lado, movía su lengua con una habilidad abrumadora, gemidos salían de mi boca tal perra en celo, sus manos recorriendo mi cuerpo no me dejaba pensar con claridad, el masaje que ejerció en mis senos era estimulante, pero una succión me paralizo, al sentir como mi clítoris se llenaba y una maldición escapo de mis labio cuando caí en cuenta de lo rápido que acabe en su boca, misma que acerco a mis labios dándome a probar mi propia esencia.
No podía quédarme atrás, esto era una batalla, y jalándolo lo posicione debajo de mí, lleve mis labios a su magnífico miembro, el cual está húmedo, pero su sabor era exquisito, ¡dios que grande! Y por esta noche es mío, succione con la experiencia que tenía en el campo, mi lengua subía y bajaba, por su glande, el ruido obsceno que producía el choque de mi boca con su piel era excitante, quería volverlo loco como él me tenía a mí, y cuando escuche un jadeo supe que estaba haciendo un buen trabajo, pero antes de seguir con mi labor, sus manos detuvieron mi acción, alejándome de él, desconcertada lo mire solo para ver cómo me veía con esos ojos nublado por el placer ¡la madre que te pario! Dándome la vuelta en la posición mas vergonzosa me penetro sin compasión, rudo, salvaje, cada embestida acertaba de tal forma que me hacia gritar del placer tan descomunal al que era sometida, su sudor y el mío se mezclaban tan exquisitamente, cuando jalo mi cabello supe que este sería el mejor polvo de mi vida, la saliva salía de mi boca sin poder detenerse, su lengua recorrió todo el lóbulo de mi oreja antes de que con una fuerte estocada acabara dentro de mi al mismo tiempo en que yo terminaba también.
espero les guste y me digan su opinión gracias.