Hola mi gente hoy es un día alegre y triste a la vez para mí, alegre porque voy nuevamente a el pueblito dónde he crecido y triste porque vamos a llevar a mi abuelita y mis sobrinos, con quiénes me divertía mucho. Todo fue un proceso para salir, yo casi no opino en eso. Amanecimos sin energía eléctrica, mi mami y abuela en lo oscuro arreglando, yo relajado en mi asiento esperando la salida, claro desde la noche anterior ya había guardado mi maletica jajaja para no quedarme.

Atravesar la Ciudad de Caracas es todo una odisea, entre pitos, humos, ruidos y cornetas, sin mencionar las motos que bajan como pedrada de loco, y es que si existen buenos pilotos de motos están es en la gran ciudad parecen malavaristas jajaja. El clima sabroso yo no solté mi sabanita esa me la regaló mi difunta abuelita, la mamá de mi papá

Avanzamos bastante entre sueño y sueño abrí mis ojos y observar este letrero colorido que indica que estábamos en Cupira, ese lugar es muy reconocido por los diferentes puestos de venta de casabe, meriendas, miel en fin una gran variedad de artículos. Tiene un comercio activo y sobre todos las muchachas y señoras capeando a los conductores así dice mi papá. Están pescando jajajaja

El día transcurrió rápido para mí, lo único malo para este gordito fue que la comida desayuno pan con mortadela, almuerzo: pan con mortadela, merienda: pan con mortadela y cena: pan con mortadela y todavía quedaba pan para desayunar el otro día esto si es una locura. Volví a dormir y cuando desperté estaba entrando al peaje de El peñón- Sucre- Venezuela. Esto indicaba que ya estaba rodando por mis tierras. Lo de mis tierras es porque mi mamá siempre me ha inculcado que tenemos que tener sentido de pertenencia.

Al pasar el peaje el camino se hizo un poco más lento, esa vía está muy desmejorada y les cuento hay 97 muros, llegamos a San Antonio del Golfo y tome mi mejor foto del día en el boulevard de San Antonio con mis sobrinos.

Mi mami continuo el camino, porque la noche estaba llegando y ya mi papá no ve muy bien hay que mandar hacer unos lentes así que cuando sus ojitos no dan más le toca a mi mamá, conversando y durmiendo ni cuenta me di, ya estábamos en la casa, me bañe, saludé al resto de la familia y seguí durmiendo. Ese viaje es de 12 horas bastante cansón.

Estás imágenes son tomadas con mi teléfono Alcatel V1