Concursos cotina / Recuerdos de una epoca estudiantil / Por: @rcarupe

Antes de comenzar con mis vivencias, les envio un cordial suludos a toda esta gran familia que hace los sueños posibles con la gracias de DIOS. Me gustaria invitar a @aularluis, @mini80 y @sther a que participen en este emotivo concurso.

Hay recuerdos que quedan para toda la vida y en especial los del colegio, quisiera comenzar con la primera travesura, hace como 47 años en el pasado, tenía unos tres años aproximadamente, era el menor de seis hermanos. Un día por la mañana mi hermana se alistaba para ir al colegio, ella tenia aproximadamente doce años, la escuela quedaba relativamente cerca como a seis cuadras más o menos de nuestro hogar, era una época sana, la mayoría de los niños iban solos a sus clases, mi hermana siempre se iba como 15 minutos antes de la primera clase. Sale como de costumbre y cuando esta por entrar al colegio lanza por casualidad la mirada hacia atrás y observa a su hermanito que la siguió con un lápiz y un cuaderno, ella no sabía si reírse o darme dos nalgadas por hacerla llegar tarde, ya que se tuvo que devolver para llevarme con nuestra madre. Esta anécdota me la contaba siempre mi hermana.

La segunda travesura fue cuando cursaba tercer grado, esa si la recuerdo, hasta tengo un presente de ese momento, eran finales de los 70 y principio de los años 80, estaban las películas chinas en su apogeo, existía una competencia sana entre dos canales de televisión y el domingo era mi día favorito, en la mañana era pura comiquita y en las tardes no se diga películas de estreno por RCTV y Venevisión. Mi actor favorito Bruce Lee, lo cierto es que un domingo exhibieron una película de estreno con este personaje, se podrán imaginar al otro día en la escuela todos llegamos tirando pata y kung fu, un compañerito me agarra el pie cuando le lance una patada, me la levanto y me fui hacia atrás, mi cabeza golpeo el piso y me pare como si nada riendo de paso, de repente sentí algo caliente que se desliza por mi cuello me paso la mano al observar la sangre el llanto, muy llorón el travieso, todos mis compañeritos recuerdo que soltaron la risa.

Etapa increíble fue la secundaria, era el más bajito de mi clase me gustaba el bochinche, las travesuras, estudiaba solo lo necesario para aprobar las materias, nunca reprobé una materia, porque la paliza que me prometía mi madre ni se la imaginan, pero tampoco estaba en el cuadro de honor, bueno casi estuve les cuento. Mi deporte favorito a pesar de mi estatura era el voleibol, en frente de nuestra casa existía un parque con su respectiva cancha de voleibol y jugábamos todas las tardes. Un día mis compañeros del liceo estaban muy emocionados porque vendría unos equipos futbol de Puerto la Cruz hacia nuestro pueblito Aragua de Barcelona, a seleccionar algunos jugadores en varias categorías, como faltaban jugadores en algunas categorías para conformar las selecciones en nuestro pueblo, me invitan a participar, si jugaba pero me llamaba más la atención el voleibol, hasta ese momento.

Llego el momento del enfrentamiento entre la selección del Estado contra nuestro pueblito, nuestro entrenador para motivarnos nos dijo que si ganábamos, nosotros iríamos todos a representar el Estado (que inocentes éramos en esa época), jugamos un partido increíble dejamos todo en la cancha aun así perdimos por un tanto, yo estaba afligido tenía la esperanza de ganar para ir a un nacional de Futbol. Cuando ya estábamos a punto de irnos, el entrenador me llama aparte y me dice que fui seleccionado para asistir a las prácticas en Puerto la Cruz. Saltaba de alegría, de repente empiezan a llegar algunas interrogantes a mi mente, mientras caminaba hacia mi hogar, ¿Qué le digo a mi madre?¿Me dejara ir?¿Como saco el permiso?. Mi madre muy inteligente ella, después que le conté y respondí todos sus alegatos para que me dejara ir, se le ocurrió la genial idea de darme el permiso si y solo si, todas mis notas las llevara a un mínimo de 16 puntos. Bueno que no hace un niños cuando se propone cumplir una meta, sí lo logre, todas mis notas durante los años siguiente no bajaron de esa limitante que puso mi madre. Así fue como casi estuve en el cuadro de honor un poquito más y le gano a los que siempre aparecían los coquitos.