Hipersexualidad de las niñas

Hoy día es normal ver a niñas de tan solo 8 años con esmalte en sus uñas, maquilladas, utilizando tacones y atuendos ajustados. Para algunos padres, esto es normal, sin embargo, expertos han sido enfáticos al momento de decir que estos patrones son negativos para la conducta y desarrollo de estas pequeñas.

Respondiendo la interrogante inicial, en algunos casos si, no obstante, la TV, internet y las tendencias de moda tienen la mayor parte de responsabilidad porque estas están acopladas a vender o promover la adultización de la niñez.

A pesar de que a cierta edad de la niñez ellas no tienen potestad de elegir qué atuendos pueden utilizar, si maquillarse es apropiado, qué puede comprar en el centro comercial o utilizar pestañas postizas; existe un grupo considerado de pequeñas que toman la decisión de hacer esto o en su defecto, las propias madres son quienes las impulsan a utilizar este tipo de cosas.

Ante todo esto, muchas veces me llegué a preguntar: ¿Cuándo puede ser el momento idóneo para que una niña tenga potestad absoluta de escoger su atuendo o look?

Cuya respuesta respuesta pienso que, todo esto se trata de ser congruentes con la edad que tenga la pequeña y por supuesto, cuando sus padres tomen la decisión de cederles esa autonomía.

Cada vez vemos con más frecuencia cómo están adultizando a las niñas y de acuerdo a estadísticas, una niña de 3 a 6 años, es vestida como si tuviera entre 18 a 20 años de edad. Es importante acotar que las niñas a esta edad son como una esponja porque están absorbiendo toda la información que automáticamente les está formando la actitud o personalidad adulta antes de tiempo.

Estados Unidos es el país donde la hipersexualidad se ve de manera más escandalosa porque existen certámenes y otros concursos de belleza en los que se observa a las pequeñitas utilizando uñas postizas, botox en los labios, extensiones de cabello o bronceado artificial; actividades que generalmente suelen hacer las jóvenes de 20 años en adelante.

Si analizamos muy bien estas cosas, nos daremos cuenta que es un terrible problema que tiene la sociedad actual porque sin darnos cuenta, estamos viendo cómo las niñas no viven y disfrutan sus etapas de manera natural porque ellas están quemando los ciclos sin darle la oportunidad de disfrutar el momento en el que realmente están.

Viajando en el tiempo, tenemos que en la época de los 80 o 90, era normal ver a niñas jugar utilizando los tacones de sus madres; acción que para algunos en la actualidad puedan afirmar que la hipersexualidad no es cosa de este momento, no obstante, el juego infantil de los 80 o 90 fue menos perjudicial porque esas acciones solamente eran por un momento y las pequeñas continuaban experimentando la infancia como les correspondía.

Tengamos claro que la raíz del problema con la hipersexualidad inicia al momento que las niñas se exponen a salir de casa estado maquilladas y con atuendos que no son acordes a su etapa infantil. Una vez los padres traspasan la delgada línea que existe entre el juego y la vida real, inmediatamente le dan pie al acelerador del proceso promoviendo que el tiempo para estas chiquitas avance más rápido de lo esperado.

Riesgos de la hipersexualidad en las niñas

• El problema comienza cuando la moda iguala a las niñas pequeñas con jóvenes o adultas porque esta acción hace que las pequeñitas crezcan más rápido al saltarse sus etapas de vivencias actuales.

• Cuando las niñas viven una etapa antes de lo correspondido, corren el riesgo de vivir una etapa en la que todavía no están preparadas para experimentar y el resultado de esto es que comiencen a cumplir con el rol de adultas.

• Las niñas no viven la experiencia de verse físicamente con el aspecto infantil.

• Cuando las niñas proyectan su imagen y comportamiento como si ya fueran unas mujeres, el contexto social comienza a exigirles acciones que aún en su mentalidad no son procesadas y eso las hace vulnerables.

Formas para evitar la hipersexualidad en las niñas

• Estableciendo límites de vestimenta y maquillaje.

• Dar buenos ejemplos.

• No permitir que los programas audiovisuales influyan en su etapa.

• Esperar que tengan la edad pertinente para que puedan elegir por ellas mismas el atuendo que desean.