Mes al Sagrado Corazón de Jesús - día 20
Nuevo Mes al Sagrado Corazón de Jesús
Vigésimo año de la vida de Jesús
La oración que puede rezarse con utilidad todos los días antes y después de la meditación se presenta ahora en este otro link.
Vida oculta del Corazón de Jesús
 | 1. Imagina a Jesús viviendo en medio de su pueblo, y de sus parientes, sin que nadie le reconociese como a Dios ni le tributara los homenajes que le eran debidos.En medio de vosotros estuvo, a quien vosotros no conocéis (Jo. 1). 2. Pídele la gracia de vivir en la tierra a ejemplo suyo, es decir: olvidado de los hombres, y conocido solamente de Dios. |
|---|
I. Vida oculta en la tierra
Jesús vivió en el mundo, pero ignorado del mundo. En medio de vosotros está, decía san Juan Bautista a los judíos, y vosotros no le conocéis. A los suyos vino, añade el discípulo amado, y los suyos no le recibieron (Jo. 1). Jesús vivió en el mundo, pero apartado del mundo, y de cuanto el mando encierra; muerto al mundo, puesto que le inspiraba horror, y provocaba con frecuencia sus anatemas; ay del mundo (Matt. 18). Jesús vivió en el mundo, pero menospreciado, rechazado y perseguido del mundo. Y sin embargo, Jesús era hijo de Dios... Siendo infinitamente sabio, y todo poderoso, fácil cosa le hubiera sido, excitar la admiración del universo... y prefirió la vida oculta.
Y tú, hijo de Dios por adopción, ¿no anhelas la estimación de los hombres? ¿No procuras hacer que se hable de ti? ¿No aspiras a otra posición más brillante? ¿Estás realmente apartado de las creaturas, y de los vanos honores de la tierra? ¿Estás con el Apóstol crucificado al mundo, y el mundo es para ti un objeto de desprecio? El mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo (Gal. 6). ¡Ah! Contempla el Corazón de tu Redentor, y aprende de Él. Muertos estáis ya, escribía el Apóstol a los primeros fieles, y vuestra nueva vida está escondida con Cristo en Dios (Coloss. 3). Condúcete pues, como muerto, es decir: insensible a las cosas mundanas y como peregrino en esta tierra de dolor.
Muerto estás ya. ¡Qué expresión tan enérgica! Pero ¡cuán lejos estoy de lo que ella significa!
II. Vida oculta en la Eucaristía
Jesús vive en la sagrada Eucaristía. Pero aquí también su vida está oculta y es desconocida. ¡Cuán pocas son las personas animadas de una fé viva de este Santísimo Sacramento, y que sepan tributar al Salvador, presente en la Eucaristía, los honores, el amor y el agradecimiento que merece por un beneficio tan grande, y singular! ¡Bien podríamos decir a la mayor parte de los cristianos: En medio de ustedes está aquel a quien no conocen !
¿Cuántos hay en efecto que alcancen a apreciar la dicha que tienen de visitar al Salvador, de hablarle, de encomendarle sus negocios espirituales, de recibir su bendición, de asistir a su sacrificio, y de alimentarse con su cuerpo?... ¡Oh Dios de Israel, Salvador nuestro! Verdaderamente Vos sois un Dios escondido (Is. 46). ¿Aciertas por lo menos a reconocerle tú a quien él ha colmado de tantas gracias, y a quien se entrega tan frecuentemente?
III. Vida oculta en la Iglesia y en sus santos
Jesús vive en su Iglesia por su santidad, su infalibilidad, su poder divino, y su bondad infinita. No hay día en que Jesús no obre en la iglesia, y por la iglesia las más sorprendentes maravillas; pero el cuerpo debe seguir la suerte de la cabeza, así Jesucristo es aun menospreciado, negado, perseguido, y blasfemado en sus siervos. Su corazón es el centro de donde parten los rayos de luz que la alumbran y fecundizan; es el manantial de donde fluyen las gracias que la vivifican; es la raíz preciosa de donde nacen todas las virtudes, y el lazo invisible que junta a los fieles entre sí, y los une a Dios. Mas ¡cuán ocultos pasan estos prodigios! ¿Quién los conoce? ¿Quién bendice por ellos al Salvador? De suerte que también ahora podemos exclamar: ¡Oh Jesús, Vos sois el Dios escondido! A lo menos, oh Señor, yo procuraré conoceros, y os daré gracias, os adoraré y os amaré por los que no lo hacen. Pero no basta. Jesús, quiere vivir una vida oculta, en sus miembros, y particularmente en tí. Jesús quiere que sus amigos participen de sus penas, a fin de hacerles un día participantes de su gloria. Es necesario, que los suyos, mueran con Él para vivir con Él, según el dicho del Apóstol: es preciso que sean despreciados, perseguidos y tenidos por el desecho del mundo (I. Cor. 4). Su vida, aunque llena de méritos debe parecer a los mundanos una locura: pero Dios que los conoce, que los aprecia y los ama, los eleva a la dignidad de hijos suyos, colocándolos en el número de sus santos (Sap. 8). ¡Oh! ¡y cuántas maravillas pondrá de manifiesto ante los hombres el último día del mundo!
La vida humilde y oscura ni se practica ni sabe apreciarse, y sin embargo, esa es la vida verdadera; esa fue la vida de Jesucristo; la vida escondida en Dios. (Coloss. 3).
¡Oh! ¿Cuándo aprenderemos a estimar el valor de los actos interiores? ¿Cuándo viviremos con Jesucristo la vida oculta de su sagrado corazón? Busquemos la oscuridad: y lejos de aspirar a la estimación de los hombres, deseemos que no nos conozcan, o que nos olviden.
Lectura espiritual
Imitación de Cristo, libro I, capítulo 20 disponible en este link.
Créditos:
Jesús se escabulle.
Eucaristía.
Sombra de Cruz.
Texto: Nuevo Mes del Sagrado Corazón de Jesús o las principales virtudes de este adorable corazón, consideradas en treinta y tres meditaciones correspondientes a los treinta y tres años de la vida del Divino Salvador. Traducido libremente de la obra del P. Gautrelet, de la Compañía de Jesús. (con menores adaptaciones)