Durante la travesía observé una pequeña peluda de raza Poodle que sentada muy formalmente sobre el cajón que guarda los chalecos salvavidas, observaba el paisaje marino, inmediatamente me invadieron los recuerdos de tantas travesías, en ese mismo barco, acompañada de mi amada Luna Marina que ya hace un año se marcho de este plano. No fui capaz de contener mis lagrimas y la seguí observando largamente a través del cristal, tampoco me resistí a la tentación de tomarle varias fotografías y aun no satisfecha, salí a cubierta para estar más cerca de ella y oh sorpresa!, su mami humana era alguien a quien llevaba mucho tiempo sin ver.

El viaje se hizo más agradable porque conversamos largo rato, ella había conocido a mi Luna Marina y la vio viajar muchas veces conmigo, entonces estuvimos contando las virtudes de mi niña peluda que siempre destacaba por su excelente educación y exquisitos modales.

La suya se llama Pétalo y es pariente lejana de Scott José que fue el padre de NinaRosa , la madre de mi Luna Marina y por tanto su abuelo materno.

Gracias por el tiempo dedicado a leer esta publicación, espero resulte ser de su agrado y que no sientan tristeza por mi nostalgia, sino que sea una manera de comprender que los peludos son parte importante de nuestra vida y debemos dedicarle todo el amor que se merecen. Cada uno de mis peluditos ha sido un hijo para mi y cuando alguien tiene alguna actitud de desprecio hacia ellos, simplemente pasa a mi lista de persona "non grata".

Texto y fotografías de mi autoria.